Los pulpos no solo fascinan por sus tres corazones y la capacidad de cambiar de color, sino también por el asombroso sistema nervioso que permite a sus brazos actuar de forma independiente.
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Los pulpos son una de las criaturas más enigmáticas del océano. Con tres corazones, ojos que funcionan como prismas y la capacidad de cambiar de color, también cuentan con un sistema nervioso único que permite a cada uno de sus ocho brazos actuar con autonomía. Un reciente estudio publicado en Nature Communications reveló nuevos detalles sobre cómo estos animales controlan sus movimientos con precisión y versatilidad.
Cada brazo de un pulpo contiene un cordón nervioso axial (CNA), descrito como una especie de médula espinal, según la investigadora Cassady Olson. Este sistema permite a los brazos no solo moverse de forma independiente, sino también reaccionar a estímulos sin que intervenga el cerebro central. Incluso cuando un brazo es amputado, este sigue moviéndose por su cuenta.
El CNA está segmentado, lo que otorga un control altamente preciso. Según el coautor del estudio, Clifton Ragsdale, esta estructura permite que los brazos se doblen, retuerzan y extiendan con una libertad incomparable, gestionando también las cientos de ventosas que los recubren. Estas ventosas, además de adherirse a superficies, detectan sabores y olores, funcionando como una combinación de mano, lengua y nariz.
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Un hallazgo fascinante fue el descubrimiento de un mapa sensorial denominado “suckeroptopía” dentro del CNA. Este mecanismo permite a las ventosas identificar su posición en el espacio, optimizando la destreza del pulpo. Según los investigadores, este sofisticado sistema ha evolucionado durante millones de años, haciendo a los pulpos únicos incluso entre los cefalópodos.
Más allá de la biología, el estudio tiene aplicaciones prácticas en la robótica blanda. Olson explicó que comprender cómo el CNA controla los brazos y ventosas podría inspirar diseños más avanzados en robots flexibles, capaces de imitar los movimientos dinámicos y precisos de los pulpos.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo