El presidente de Bolivia, Luis Arce, aseguró que «no habrá impunidad» para los seguidores de Evo Morales que protagonizaron una jornada violenta en Llallagua, departamento de Potosí, donde al menos 30 personas resultaron heridas. Los incidentes ocurrieron durante el enfrentamiento entre bloqueadores leales a Morales y vecinos que buscaban liberar las rutas.
«¡Pondremos a disposición de la Justicia a cada uno de los responsables!», expresó Arce en su cuenta de X, donde también acusó a los manifestantes de «sembrar terror» y atacar al Estado Plurinacional.
Según Arce, la jornada del martes fue una de las “más amargas” de la historia reciente del país. Además, criticó que Morales celebrara los disturbios, haciendo referencia a un audio en el que el exmandatario hablaba de una supuesta “batalla final” y pedía cercar La Paz con bloqueos.
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El gobierno presentó una denuncia penal contra Morales por ocho delitos, entre ellos terrorismo. La Fiscalía admitió la acusación, que surge en medio de un clima de creciente tensión por los cortes de ruta.
Los bloqueos iniciaron el 2 de junio, con el objetivo de exigir que Morales sea habilitado como candidato presidencial para agosto, algo que fue impedido por la pérdida de personería jurídica del partido Pan-Bol. También exigen la renuncia de Arce, a quien culpan por la crisis económica.
Las protestas han provocado más de 50 heridos entre policías, médicos y civiles. El gobierno denunció que los cortes impiden el paso de ambulancias, alimentos y combustible en diversas regiones del país.
Fuente: DW.