Los intensos bombardeos israelíes en Líbano han dejado un trágico saldo de 558 muertos, entre los cuales se incluyen 50 niños y 94 mujeres, según informó el ministro de Salud, Firas Abiad, en una rueda de prensa este martes 24 de septiembre de 2024. Este es el balance más alto de víctimas mortales en un solo día desde la guerra de 2006 entre Israel y el grupo proiraní Hezbolá.
Abiad enfatizó que «la gran mayoría, si no todos, eran personas no armadas que se encontraban en sus casas» durante los ataques. Esta escalada de violencia ha llevado a una crisis humanitaria en una región que ya ha sido devastada por conflictos anteriores. Equipos de rescate trabajan entre los escombros en busca de personas desaparecidas, aumentando la desesperación en la población civil.
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A medida que los bombardeos continúan, decenas de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) expresó su profunda preocupación por la grave escalada de hostilidades. Matthew Saltmarsh, portavoz de Acnur, indicó que «el número de desplazados no deja de aumentar» y destacó el sufrimiento de un país que conoce bien la devastación de la guerra.
La situación se complica aún más con la llegada del invierno, ya que muchas familias se enfrentan a condiciones precarias sin refugio adecuado. La comunidad internacional observa con inquietud, esperando una solución pacífica a un conflicto que parece no tener fin.
Fuente: DW.
Foto: AP.