Un estudio revela qué factores influyen en la memoria onírica y cómo la edad, el sueño ligero y la actitud hacia los sueños pueden marcar la diferencia.
Mientras algunas personas recuerdan con claridad lo que soñaron, otras apenas retienen imágenes borrosas o no recuerdan nada. Un estudio de la Escuela IMT de Lucca, publicado en Communications Psychology, investigó los factores que influyen en la memoria de los sueños y encontró que ciertos rasgos individuales y patrones de sueño juegan un papel clave.
La investigación se realizó con más de 200 participantes de entre 18 y 70 años. Durante 15 días, registraron sus sueños en grabadoras de voz y usaron dispositivos de monitoreo del sueño. Los datos revelaron que las personas con mayor propensión a la divagación mental y una actitud positiva hacia los sueños tenían más probabilidades de recordarlos al despertar.
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El estudio también mostró que quienes experimentan más sueño ligero tienen mayor capacidad de recordar sus sueños. Además, los jóvenes recordaban con más frecuencia sus experiencias oníricas en comparación con los mayores, quienes reportaban más “sueños blancos”, es decir, la sensación de haber soñado sin poder recordar detalles.
Otro hallazgo interesante fue la variación estacional: los participantes recordaban menos sus sueños en invierno que en primavera, lo que sugiere que los ritmos circadianos y factores ambientales pueden influir en el proceso.
Según Giulio Bernardi, autor principal del estudio, estos hallazgos podrían ayudar a comprender mejor el papel de los sueños en la salud mental y el funcionamiento de la memoria durante el sueño. La información recopilada servirá para futuras investigaciones sobre trastornos del sueño y la conciencia humana.
Con información de EFE.