México presentó oficialmente el Programa Nacional de Restauración Ambiental 2025–2030 (PNRA), con el objetivo de restaurar el 30% de sus ecosistemas degradados en los próximos cinco años.
Se trata de una de las acciones ambientales más ambiciosas en la historia reciente del país, impulsada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Alianza Mexicana por la Restauración de Ecosistemas (AMERE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
MIRÁ TAMBIÉN | EE.UU. falló a favor de Trump contra la ciudadanía por nacimiento
Durante la Cumbre por la Restauración de los Ecosistemas, la ministra de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, calificó la iniciativa como “un acto de justicia ambiental impostergable” y subrayó la urgencia de actuar colectivamente ante el deterioro de la biodiversidad nacional. Recordó que México es uno de los 17 países megadiversos del planeta, al albergar el 12% de la biodiversidad global.
El plan contempla comenzar en 2025 con 50 sitios prioritarios de restauración, que se ampliarán a 78 para 2026. Las metas incluyen la recuperación de ecosistemas costeros, forestales y urbanos, con proyecciones de restaurar más de 100.000 hectáreas forestales y 1.500 hectáreas urbanas para el año 2030. También prevé intervenir cuencas clave como Tula, Atoyac y Lerma-Santiago, y declarar nuevas Áreas de Prosperidad Marina en el Golfo de California.
MIRÁ TAMBIÉN | Fondo emiratí invierte US$100 millones en tokens de Trump
Además de los desafíos ambientales, el PNRA busca reconstruir el tejido social y fortalecer la gobernanza territorial. María José Villanueva, de WWF México, destacó la importancia de la inclusión y de priorizar a las comunidades más vulnerables. La elaboración del plan contó con la participación de más de 100 actores, incluyendo pueblos originarios, ONGs, universidades y el sector privado.
El programa establece cinco ejes estratégicos: restauración con enfoque humanista, fortalecimiento institucional, atención a las causas de la degradación, capacidades locales y financiamiento con monitoreo comunitario. La meta final no es solo ambiental: se busca también reducir un 35% las emisiones de gases de efecto invernadero, un aporte clave a los compromisos climáticos de México.
Fuente: Página 12.