Miles de personas marcharon este jueves en Culiacán, Sinaloa, para protestar contra la narcoviolencia que azota la región, tras el asesinato de Alexander, de 9 años, y Gael, de 12, quienes murieron junto a su padre en un tiroteo ocurrido el pasado domingo. Vestidos de blanco y al grito de “¡Con los niños no!”, los manifestantes exigieron justicia por las víctimas.
La protesta culminó en el palacio de gobierno estatal, donde un grupo de manifestantes irrumpió en la sede, rompiendo puertas de cristal y causando destrozos en las oficinas. Los manifestantes acusaron al gobernador Rubén Rocha de inacción frente a la crisis de violencia, aunque no se confirmó su presencia en el lugar.
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Desde septiembre de 2024, Culiacán ha registrado aproximadamente 750 asesinatos y 900 desapariciones, producto de un conflicto interno en el Cártel de Sinaloa. La pugna entre Los Mayos, liderados por aliados de Ismael «El Mayo» Zambada, y Los Chapitos, hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, ha desatado una ola de enfrentamientos, secuestros y asesinatos en la región.
El triple homicidio que acabó con la vida de los menores y su padre llevó al gobierno federal a designar un equipo especial para investigar los hechos, según confirmó Feliciano Castro, vocero de la gobernación.
Este conflicto se agravó tras la captura de «El Mayo» Zambada en julio de 2024, presuntamente secuestrado y trasladado a Estados Unidos por un hijo de «El Chapo» Guzmán. La rivalidad entre estas facciones ha provocado cierres de negocios, miedo en la población y una creciente indignación en Sinaloa.
Fuente: DW.
Imagen: Alfredo Estrella/AFP/Getty Images.