Andrea debe ser una de las pocas mujeres que maneja un taxi en Trelew. Hace cinco años que trabaja de taxista y dos que está en la parada en donde dice que dos delegados le han literalmente la vida imposible. Asegura que pretendieron hacerla echar, que no la dejan usar la frecuencia con la que los demás taxistas se comunican por radio entre ellos y con los operadores y que tratan por distintos medios de que no levante pasajeros.
En una entrevista que dio a Radio 3 AM 780 en las últimas horas recordó que tuvo una compañera que terminó abandonando el año pasado, después que la asaltaran y que sufriera casi la misma situación que ella.
“Nunca tuve inconvenientes con los colegas. He trabajado en otros rubros y nunca he tenido problemas. Me he sorprendido de tener que lidiar con estas personas porque nunca pensé que pensar diferente u opinar distinto sobre cuestiones administrativas terminara en esta persecución”, aseguró Andrea.
“Están constantemente sentados ahí viendo qué hago y qué no hago. Y llega un momento en que uno no aguanta tanta presión innecesaria”, se quejó.
A Andrea la patrocina la abogada Fiorella Rossi, quien en un intento conciliatorio la acompañó a una reunión en la Dirección de Transporte con las personas que denuncia, pero ese encuentro terminó en nada; en gritos y golpes de mesa por parte de los acusados.
“Son dos delegados de la parada que hicieron una nota a (la Dirección de) Transporte para sacarme del lugar y les respondieron que no porque no tenían quejas de ningún cliente, de ningún pasajero. Y ni siquiera de mis otros colegas hay quejas (por el contrario) hay muchas notificaciones que han presentado a mi favor diciendo que conmigo nunca hubo ningún problema, de ninguna índole”, contó.
“En sí estas dos personas, teniendo el poder que les otorgan los titulares (de las licencias) de poder tomar decisiones sin ser consultados, me restringieron el servicio de la radio frecuencia. Es decir, yo no puedo utilizar la radio para avisar a los operadores mi destino. También me han quitado el uso de la sucursal y lo único que puedo hacer es levantar pasajeros desde la parada de taxis”, añadió.
“Ante estas situaciones notifique a la Dirección de Transporte porque no poder comunicarme por la radio es trabajar insegura y no he tenido respuestas de Transporte ni de la Municipalidad. Yo me acerqué a pedirles explicaciones a estas personas (a los delegados) pero me insultaron, me faltaron el respeto y pese a que les exigí que no se dirigieran a mí con insultos lo siguen haciendo. Todo este tiempo tuve que aguantarme las miradas, el ir y venir de ellos mientras yo esperaba algún pasajero. Me he sentido en todo momento hostigada por estas personas”, confesó.
–¿Y cuál es el motivo por el que le hacen esto? Se le preguntó. “Porque pienso diferente con respecto a unos hechos administrativos que eran de la parada. Yo no estuve de acuerdo. Ahí fue el principio de todo esto”, respondió.
–¿Usted es la única mujer en la parada? Se insistió y contó:“Hay otra mujer pero ella es titular y no trabaja un horario completo, yo lo hago a la mañana y a la tarde”.
Ahora Andrea con el patrocinio de su abogada van a la Justicia para que allí se dirima las responsabilidades que tienen las dos personas a las que acusa de hostigamiento, persecución y hasta de discriminación, de poner en riesgo su vida y de evitar que trabaje trasladando pasajeros como lo hacen los otros taxistas.