Los doctores Laura Fernández y Abdón Manyauik dicen que el abogado Oscar Romero tiene clientes que atender, que están detenidos en diferentes causas y que no puede hacerlo desde la prisión. Que teniéndolo preso se le están violando a ellos –a los defendidos por Romero—sus garantías constitucionales. Con ese argumento, estaban esperanzados en que este martes los jueces José García e Ivana González revocaran el fallo del juez Penal Gustavo Castro que mandó al letrado a la cárcel con prisión preventiva por seis meses, pero los magistrados no hicieron más que ratificar esa disposición.
Romero está detenido por aquel violento episodio que protagonizó la noche del 16 de abril, cuando llegó a una tapicería de la avenida Hipólito Yrigoyen al 1000 –al sur del radio céntrico de Trelew—y en medio de un episodio que aún no está clarificado baleó al dueño del lugar con una pistola 11.25 que tenía colocada un silenciador fabricado artesanalmente.
El tapicero, un hombre de unos 60 años, llamado Horacio Pavez recibió un balazo que le ingresó por la espalda y salió por la zona torácica, del lado derecho del cuerpo. Con tanta suerte para él que el proyectil no dañó ningún órgano vital. De hecho, Pávez estuvo internado cuatro días y se fue a su casa, en tanto que Romero permaneció casi un mes en el sanatorio donde lo atendieron, de una herida en la cara que le hizo el tapicero con un destornillador.