Un emblema de Buenos Aires con historia de inmigración y transformación.
El Luna Park es uno de los sitios más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires, testigo de más de diez generaciones que vibraron con los conciertos y espectáculos más memorables. Su historia comenzó oficialmente en 1932, pero sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, cuando Domingo Pace, un inmigrante italiano, decidió dar vida a un proyecto que marcaría un antes y un después en el entretenimiento porteño.
La primera construcción del Luna Park fue inaugurada por José Lectoure e Ismael Pace en 1932, en un terreno que anteriormente pertenecía al ferrocarril. Pero antes de esta edificación, en 1916, Domingo Pace había instalado su propia feria en un predio de la calle Corrientes, entre Cerrito y Carlos Pellegrini, un área que hoy sigue siendo de gran relevancia en la ciudad.
LEE TAMBIÉN | Microsoft anunció el cierre de Skype
El nombre «Luna Park» tiene una historia interesante. En aquel entonces, este término hacía referencia a los parques de diversiones que existían en ciudades de Estados Unidos y Europa, conocidos por atraer multitudes con sus juegos mecánicos y espectáculos únicos. El concepto, que comenzó a popularizarse a principios del siglo XX, le dio un aire de modernidad y emoción al lugar.
El Luna Park vino a llenar un vacío en la oferta de entretenimiento de Buenos Aires, ya que el único parque de diversiones en la ciudad era el Parque Japonés. Por esa razón, Domingo Pace adoptó el nombre Luna Park para su feria y buscó ofrecer algo diferente, que atrajera a un público ansioso de diversión y novedad.
En 1932, el Luna Park se mudó a su actual ubicación, en el barrio de San Nicolás, y es en este lugar donde comenzó a forjarse su verdadera historia. Desde entonces, el recinto ha sido sede de eventos inolvidables, como el casamiento de Diego Maradona, discursos del Papa, y presentaciones históricas como la última vez que Carlos Gardel cantó ante su público.
Recientemente, la aprobación parcial para la demolición del Luna Park ha generado controversia. El proyecto pretende ampliar la capacidad del estadio de 8.400 a 13.000 personas, pero su estatus como Monumento Histórico Nacional y su ubicación en un Área de Protección Histórica han complicado su ejecución, desatando un intenso debate sobre el futuro de este histórico espacio.
Con información de Billiken.