La tecnología busca constantemente amplificar las capacidades humanas, y los exoesqueletos se presentan como una forma directa de lograrlo al permitir a los usuarios levantar mayores pesos, superar limitaciones locomotrices y realizar tareas con mayor rapidez.
Un reciente avance en esta tecnología proviene de la Universidad Simon Fraser de Canadá, donde investigadores han desarrollado un exoesqueleto capaz de leer las ondas cerebrales y convertirlas en movimiento. Esto ha permitido a una mujer con parálisis en ambas piernas volver a caminar después de años en una silla de ruedas.
Técnicamente, un exoesqueleto humano es un dispositivo mecánico vestible diseñado para mejorar o potenciar las capacidades físicas de una persona. Al colocarse externamente al cuerpo, su propósito es proporcionar apoyo para prevenir lesiones, potenciar la fuerza física y mejorar la movilidad.
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En el reino animal, el término «exoesqueleto» se aplica a invertebrados como artrópodos y coleópteros. En estos casos, funciona como una coraza protectora de los tejidos blandos ante depredadores o condiciones ambientales adversas.
¿Cuál es el futuro de esta tecnología? ¿Veremos más aplicaciones que conviertan la actividad cerebral en movimiento? La consultora ABI Research estima que para 2030, el mercado de exoesqueletos podría alcanzar un valor de 7300 millones de dólares, sugiriendo un crecimiento significativo en los próximos años.
La creciente integración de exoesqueletos humanos plantea una serie de dilemas éticos que merecen atención. Uno de los principales desafíos se centra en las cuestiones de equidad y acceso, ya que la disponibilidad de esta tecnología podría crear disparidades entre aquellos que pueden permitirse acceder a mejoras físicas y aquellos que no. Además, la conexión directa entre el exoesqueleto y el cerebro plantea interrogantes sobre la privacidad y la seguridad de la información neurológica. ¿Cómo se protegerán los datos generados por estos dispositivos y quién tendrá acceso a ellos?. La posible amplificación exponencial de las capacidades humanas podría plantear preguntas filosóficas sobre lo que significa ser humano y la integridad de la experiencia humana. A medida que avanzamos en esta era de la tecnología de amplificación física, es esencial abordar estos dilemas éticos para garantizar un desarrollo y uso responsable de los exoesqueletos humanos.
FUENTE: I’MNOVATION.