En una reciente entrevista con Radio 3, el biólogo Ernesto Juan, del Parque Nacional Lago Puelo, abordó la aparición de un ejemplar de pudú en el paraje Entre Ríos, un pequeño ciervo que forma parte del patrimonio natural de la Patagonia. Según Juan, este hecho no representa una escapatoria de su hábitat natural, ya que la comarca andina se encuentra rodeada de áreas protegidas que facilitan la movilidad de animales como el pudú. «Nosotros estamos dentro y rodeados de áreas protegidas», explicó, mencionando reservas como El Turbio, el Motoco y Epuyén.
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Juan destacó que estos animales, al estar en su hábitat, se desplazan naturalmente entre las áreas protegidas, como ya ocurrió con avistamientos de huemules en la zona. Sin embargo, señaló el desafío que enfrenta la sociedad en cuanto a la convivencia con la fauna. «Tenemos que estar a la altura de este privilegio», expresó, subrayando la importancia de la tenencia responsable de mascotas, especialmente de perros, que pueden estresar y poner en peligro a los pudúes y otras especies.
El pudú observado en el paraje Entre Ríos se cree que era una hembra, posiblemente con cría, ya que este es el período en el que suelen dar a luz. «Las crías son muy chiquititas, tienen unos puntitos blancos para mimetizarse con el ambiente», explicó Juan, destacando lo difícil que es avistarlas debido a su camuflaje. Ante su aparición, los profesionales del parque evaluaron el estado del animal y decidieron no intervenir, ya que se encontraba tranquilo y en buen estado.
El biólogo también hizo un llamado a la población a no acercarse masivamente a observar estos ejemplares, ya que el estrés que les genera puede ser perjudicial, especialmente si hay crías involucradas. «El animal se siente estresado y se va a sentir amenazado», advirtió Juan, instando a dar tiempo a que los animales se acostumbren a la presencia humana sin sentirse en peligro.
Durante la entrevista, Juan destacó la posibilidad de que la fauna patagónica conviva más de cerca con las personas, como ocurre en otras partes del mundo, y mencionó el ejemplo de la isla de Chiloé, en Chile, donde es común ver pudúes cerca de los humanos. En Lago Puelo, gracias al control de la fauna exótica y el ingreso de perros, se han avistado más coipos y diversas aves, evidenciando un esfuerzo por recuperar la biodiversidad local. «Estamos trabajando para eso y se está viendo más», señaló Juan.
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Por último, el biólogo subrayó la importancia de cuidar a este pequeño cérvido, que es una de las especies más pequeñas del mundo. «Si lo ponemos en peligro de extinción, lo vamos a terminar perdiendo», advirtió. Aunque no hay un estudio exacto sobre la cantidad de pudúes en la región, se cree que la población es relativamente estable, a diferencia del huemul, cuya población está catalogada como amenazada.
Foto: Youtube (País Circular)