Un estudio internacional, liderado por el investigador del CONICET, Lucas Garibaldi, y publicado en la revista Science, revela los beneficios sociales y ambientales de las estrategias de diversificación agrícola.
Basado en 24 estudios realizados en 11 países y en más de 2600 establecimientos rurales, este trabajo destaca cómo la diversificación de cultivos, ganadería, plantaciones no agrícolas, y la conservación de suelos y agua, puede mejorar el rendimiento agrícola y garantizar la seguridad alimentaria, mientras conserva la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
Garibaldi enfatiza que los campos agrícolas diversificados no solo contribuyen a la salud y calidad de vida de las poblaciones cercanas, sino que también ofrecen alimentos de calidad a precios accesibles.
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Además, resalta los beneficios sociales, ambientales y culturales asociados con la diversificación agrícola, enfatizando la importancia de una transición hacia sistemas de producción más sostenibles.
El estudio sugiere la promoción de la diversificación a diferentes escalas, desde el lote productivo hasta el nivel del paisaje, para crear ambientes heterogéneos que favorezcan la sinergia entre distintos tipos de producciones. Según Garibaldi, esta estrategia es fundamental para alcanzar una producción de alimentos más sostenible y mitigar los impactos negativos de la simplificación agrícola.
FUENTE: Conicet.
