«Es jugar con fuego. No cabe ninguna duda», declaró Lavrov en una entrevista en la televisión rusa, un extracto de la cual fue difundido en redes sociales.
«Es una escalada inaceptable» llevada a cabo por «Washington, Londres y sus satélites dentro de la UE (Unión Europea)» que quieren «debilitar a Rusia», subrayó.
Según el canciller, a través del suministro de armamento moderno a Kiev, los occidentales quieren «infligir (a Moscú) una derrota estratégica» y «desmembrar» a Rusia, informó la agencia de noticias AFP.
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Los aliados de Kiev se habían negado durante más de un año a suministrar aviones de combate al ejército ucraniano por temor a una escalada del conflicto, pero el 19 de mayo pasado, Estados Unidos finalmente autorizó la entrega de estos F-S16 que Kiev reclamaba incansablemente.
Esto representa un punto de inflexión importante en el apoyo occidental a Ucrania, cuyo presidente, Volodimir Zelenski, calificó la decisión de «histórica».
Antes de la entrega de estos F-16, fabricados en Estados Unidos, los pilotos ucranianos deben ser entrenados durante varios meses para aprender a manejarlos.
Ucrania deseaba disponer de estos aviones occidentales para contrarrestar la potencia aérea rusa, en momentos en que Kiev está llevando adelante una contraofensiva en zonas del país ocupadas por Rusia.
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Según el presidente estadounidense Joe Biden, Zelenski «le aseguró categóricamente» que estos aviones de combate no atacarían el territorio ruso, condición para que las potencias occidentales envíen equipos a Ucrania.