“Es una fecha bastante dura, se cumple un año de la tragedia, desde que Ronald no nos alegra con su sonrisa y ganas de vivir”, dijo Liliana en diálogo con Radio 3.
“Esta estrella no sólo simboliza una tragedia vial, sino que cada punta tiene un significado que para las familias de las víctimas es muy importante: representa Educación, Ley, Justicia, Prudencia y Memoria, y en estas cosas cuesta mucho conseguirlo”, remarcó.
“Es una manera no solamente de plasmar lo que sucedió en ese lugar, sino de tener más consciencia y recordar que un homicidio vial no es un accidente más”, sostuvo.
“Nosotros cenamos esa noche de domingo, él entraba a las 2 de la madrugada, lo acompañé afuera, estuvimos charlando, justo se acercó una vecina, tuvimos una charla larga y de risas fundidas y antes de las 2 se marchó, fue la última vez en verlo, fue su último abrazo y beso”, recordó sobre los últimos momentos en los que vio a su hijo con vida.
“Él tenía la costumbre de que cada vez que llegaba a algún lugar, y sobre todo porque había empezado en la pesquera, un trabajo durísimo y de muchas horas de ausencia en el hogar, me mandaba un mensaje con un “mamá te amo, llegué”, expuso sobre un recuerdo entrañable.
“A las 2.05 de la mañana me llamó la compañera y me dijo que no me asustara, que había ocurrido un accidente y estaban todos preocupados, y no pasaron cinco minutos cuando me llamó el encargado de la pesquera diciéndome que el fallecido era mi hijo, que estaba en la ruta tirado”, reflotó sobre la tragedia.
“Nosotros no tenemos auto, recién llegué al lugar del deceso a las 4 de la mañana, y lo único que pude ver en medio de la oscuridad fue una zapatilla de mi hijo tirada en el medio de la calle, un familiar nuestro había reconocido el cuerpo, la verdad que si hubiera visto a mi hijo en el estado en que quedó no hubiera podido estar entera”, admitió Liliana.
“Todo sucedió de una manera, como como Dios quiso que sucediera y en base a eso empezó mi gran lucha de pedido de Justicia Justa como digo yo, y que las cosas tengan que salir como deben, pero no sin antes tener que marchar moviendo a toda la sociedad para que me escuchen”, analizó.
Se recordó que la familia debió juntar 440 mil pesos para abonar la Tasa Judicial en medio del proceso penal: “tuvimos que hacer una movida muy grande, un dolor muy grande, porque como víctimas de un homicidio vial nos sentimos desamparados, por eso mismo se lo llama accidente, con las ONG peleamos día a día, y día a día se suma un caso más”, lamentó.
“Tanto nosotros como en Buenos Aires nos sorprendimos, porque era la primera vez que en tantos casos de homicidios viales que sucedía semejante barbaridad, acá no cabe señalar a los culpables porque ya la tasa judicial ya fue pagada y todo siguió girando, cabe más el mal trato a las víctimas, las pocas posibilidades de pedir Justicia y de tener a mano las leyes como las tienen los que han asesinado”, reprochó.
“Esa es la lucha que tenemos como familiares, hay personas que no les ha sucedido, pero sienten la misma bronca e impotencia, duele muchísimo, sobre todo cuando estamos tan avanzados, y al mismo tan atrasados en cosas en las que en muchos países son muy claras y concisas, las leyes son muy firmes y acá eso todavía nos falta”, criticó.
“Yo lo miro como un asesinato y tengo muchos calificativos para rellenar esa palabra; cobardía, falta de ética, le faltaron muchas cosas a ese doctor que tiene la misma edad que mi hijo, 26 años, mi hijo los hubiera cumplido el 7 de enero”, le enrostró al médico imputado.
“En la última audiencia mostró los estudios que había hecho dentro de la alcaidía para poder salir y terminar rápido con este trámite como dijo desde un primer momento después de haber matado a Ronald, a la semana siguiente estaba preparando un asado con sus amigos para despedirse y viajar a Buenos Aires, hubiera sido un día más en su vida”, sentenció.
“Espero que la Justicia no sea ciega en el momento de dar su veredicto y vea la diferencia de lo que era Ronald y lo que es Suganuma; haberlo abandonado, haber querido huir, haberse lavado las manos como Pilatos como si nada hubiera sucedido, eso habla mucho tanto de él y de su familia”, subrayó.
Recordó que el 13 de junio comenzará el juicio oral y público: “falta mucho y estamos a la expectativa de que ocurra cualquier otra cosa para que volvamos a tener una audiencia, no ha pasado un mes de una y otra, y es por eso no he descansado en ningún momento, han sido subidas y bajadas todo el tiempo, no me puedo quedar quieta, no puedo velar a mi hijo, no lo puedo llorar”, señaló.
“El 7 de enero que fue su cumpleaños había tanto para pensar y recordar, pero debí interrumpirlo para preparar la audiencia de revisión de prisión preventiva. Hay que estar preparada todo el tiempo con el cartel y el megáfono en la mano para salir cuando sea necesario”, advirtió.
“Mientras tanto en el desahogo por momentos trato de devolverle a la sociedad un poco que nos ha dado, de tanto acompañamiento y ayuda, y en base a eso hacemos actividades para recordar a Ronald y obrar como él obraba, para el bien público, él era enfermero y trabajaba con los abuelos de Casas Tuteladas, además de la fábrica, para pagarse los estudios”, valoró.
“Él era muy colaborador y muy querido, nosotros queremos ofrecer un poco de lo que él ofrecía, un abrazo o una sonrisa que llenó el corazón de más de uno”, evocó.
“Teníamos una bicicleteada esta tarde, que se largaba del 2 de Abril donde nosotros vivimos y hacía todo el recorrido hacia El Elsa y después nos íbamos a dirigir a la primera fila de Playa Unión, pero como tuvimos este cambio de clima y nos obligó a todos a ponernos camperas, nos acompañan muchos chicos y jóvenes, y lo vamos a pasar para el próximo sábado 22 a las 7 de la tarde con el mismo recorrido. Están todos invitados, desde la misma salida o a mitad de camino. Hay chicos que irán en rollers y en longboard”, precisó.
“El agradecimiento anticipado del acompañamiento que siempre tenemos, tanto social como periodístico”, destacó Liliana en el final de la charla.
