El juicio contra Sergio Chapingo debía haber comenzado el pasado 30 de julio. Iba a ser a puertas cerradas en la Oficina Judicial de Trelew, en unas audiencias en las que solo familiares de las víctimas y del imputado iban a poder acceder a la sala. Pero al final el debate no empezó y es incierto –por ahora- el momento en que se vaya a efectivizar.
“Estaba para el 30 pero se suspendió, salieron las notificaciones y ahí nos enteramos de que se debía a problemas psicológicos (del imputado)”, explicó Marcelo Cardozo, un familiar de una de las victimas al hablar este lunes por Radio 3 AM 780.
“Ahora lo quieren llevar a marzo del 2020”, agregó, “pero nosotros no queremos esperar. No se le puede dar a este tipo de gente tantos beneficios. Que tenga incluso prisión domiciliaria con todas las cosas que hizo”, protestó. “O sea, tiene mas prioridad esta mugre (sic) que lo que han pasado los chicos”, añadió.
Los casos de presunto abuso sexual de al menos cuatro mujeres ocurrieron a mediados del año pasado en CAPDIM (Centro de Amigos y Padres de Personas Discapacitadas Mentales), una institución que tiene su sede en el barrio Padre Juan, en la zona sur de Trelew. Y la hermana de Marcelo Cardozo, que actualmente tiene 25 años, fue una de las que denunció haber sido abusada por el panadero. A partir de su caso comenzaron a conocerse otros y hasta el de una muchacha a la que el imputado habría sometido a sus bajos instintos en uno de los baños de la entidad.
Los jueces del juicio serán –si no hay ningún tipo de objeción– los doctores César Zaratiegui, Sergio Piñeda y José García y la pena que podría recaer sobre el acusado llegaría a los ocho años de cárcel si es que es hallado responsable.
Qué se sabe de Sergio Chapingo; que está actualmente preso, pero en su casa, con prisión domiciliaria y que su abogado prepara una estrategia tendiente a desvincularlo al menos de las acusaciones más pesadas que deberá afrontar en cuanto a los casos de abusos que le atribuyen.
Los hechos habrían ocurrido entre los primeros meses de 2018 pero fueron denunciados a mediados de abril. Habrían sucedido en el tiempo en que las victimas se encontraban en la institución, a la que acudían habitualmente y hasta habría filmaciones de cámaras de seguridad que habrían registrado algunos de ellos.
Cuando trascendieron los casos, el panadero fue separado de CAPDIM y estuvo prófugo de la Justicia varios días, hasta que decidió entregarse en los Tribunales, al momento en que la policía lo buscaba con una orden de un juez para detenerlo.
“Estamos todos muy dolidos con todo esto, y más que siguen con el manoseo. Se burlan. Están haciendo juntar más bronca. Nosotros somos muy pacíficos”, aseguró Marcelo Cardozo, a quien se le consultó si las víctimas estaban recibiendo alguna contención psicológica. “A mi hermana se la pagamos nosotros”, contestó. ¿Y la Justicia, la fiscalía no ha aportado nada? Se insistió. “Aportó los primeros días, hasta que se hicieron las Cámaras Gesell”, dijo.