El retrato de «Sweet Girl», una ballena jorobada embestida por una lancha, fue elegida entre miles de fotografías para visibilizar la fragilidad de la vida marina y las amenazas humanas que enfrentan los océanos.
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Una imagen que conmueve por su belleza y tragedia. La fotografía de una ballena jorobada llamada Sweet Girl, captada apenas cuatro días antes de su muerte por la fotógrafa estadounidense Rachel Moore, fue distinguida como la ganadora del Concurso de Fotografía del Día Mundial de los Océanos de las Naciones Unidas 2025. La escena muestra al animal mirando directamente a la cámara, una mirada que hoy se vuelve símbolo del impacto humano sobre la vida marina.
El certamen, que celebró su vigésima edición, destacó imágenes que retratan la diversidad, el asombro y la vulnerabilidad de los océanos. Organizado por las Naciones Unidas junto a la UNESCO y organizaciones dedicadas a la fotografía submarina, el concurso recibió miles de obras de artistas de todo el mundo. Entre los premios se destacaron también retratos de focas leopardo, enjambres de medusas y paisajes marinos que evidencian el equilibrio amenazado de estos ecosistemas.
Más allá de lo estético, esta edición del concurso exigió a los participantes la firma de una carta de compromisos éticos en respuesta al deterioro creciente del medio ambiente marino. Según el último Informe sobre el Estado del Océano 2024 de la UNESCO, los océanos enfrentan una crisis sin precedentes: contaminación plástica masiva, acidificación, eutrofización y pérdida acelerada de biodiversidad. Investigadores advierten incluso sobre una posible extinción oceánica en curso.
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La fotografía de Sweet Girl no solo representa un instante, sino una llamada de atención. Mientras los océanos absorben el 23% del CO₂ y el 90% del exceso de calor generado por la actividad humana, también muestran signos alarmantes de agotamiento. El aumento del nivel del mar, la destrucción de los arrecifes de coral y la amenaza a ciudades costeras reflejan un presente crítico que exige acción inmediata.
En este contexto, el lema 2025 —Despertar nuevas profundidades— propone repensar el vínculo entre la humanidad y los océanos. Las Áreas Marinas Protegidas y las prácticas sostenibles son claves para preservar estos “pulmones azules” del planeta. La mirada de Sweet Girl, convertida en ícono de este llamado global, interpela a una generación que aún tiene tiempo de cambiar el rumbo.
Fuente y foto: Infobae