Tres migrantes murieron debido a las altas temperaturas en el desierto de Sonora, Arizona, en medio de una ola de calor que azota el suroeste de Estados Unidos.
Las temperaturas extremas de esta semana en los desiertos de Arizona y Phoenix, que han alcanzado entre 43 y 46 grados Celsius (110 a 115 grados Fahrenheit), cobraron la vida de tres migrantes mexicanos. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) informó el viernes sobre el hallazgo de los cadáveres de dos hombres y una joven en una zona remota del desierto de Sonora, Arizona, cerca de la frontera con México.
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Las víctimas, identificadas como un hombre de 44 años, otro de 18 años, y una joven de 17 años, fueron encontradas el miércoles en Sheep Mountain, una área desértica del suroeste de Arizona. Este lugar se encuentra en el campo de tiro Barry M. Goldwater, una remota zona de entrenamiento militar cercana al Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabeza Prieta.
Las autoridades explicaron que el calor abrasador y las condiciones extremas del desierto hicieron imposible la supervivencia de los migrantes. Los cuerpos fueron recuperados por el personal de la CBP, que reiteró los peligros de intentar cruzar la frontera en condiciones climáticas tan adversas.
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El suroeste de Estados Unidos está experimentando una de las olas de calor más intensas de los últimos años, afectando gravemente a quienes intentan cruzar el desierto en busca de una vida mejor. Las autoridades fronterizas continúan trabajando para prevenir estas tragedias, emitiendo advertencias sobre los riesgos del cruce en estas condiciones extremas.
La tragedia de estos tres migrantes resalta la necesidad de soluciones y medidas más seguras para aquellos que buscan migrar, así como de una mayor concienciación sobre los peligros del desierto durante las olas de calor extremo.
Fuente y foto: Los Ángeles Times