En una historia cautivadora, Louise, una bonobo nacida en cautiverio en el zoológico de San Diego, demuestra una memoria social excepcional.
Louise vivió con su hermana, Loretta, y su sobrino, Erin, antes de ser trasladada al santuario japonés de Kumamoto en 1992.
A pesar de pasar 26 años sin ver a ninguno de los dos, en 2019, los investigadores le mostraron fotos de su familia perdida, y Louise mostró una marcada preferencia por ellos, lo que destaca una memoria social no humana duradera.
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El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, revela hallazgos sorprendentes sobre la capacidad de los bonobos para recordar a sus seres queridos después de décadas.
Este fenómeno destaca la complejidad de las relaciones sociales en el reino animal y sugiere que la memoria emocional puede ser más duradera de lo que se pensaba.
FUENTE: NATIONAL GEOGRAPHIC.