Para Centurión fue la vuelta a la titularidad en un equipo del fútbol argentino, un año después de aquel episodio con el director técnico racinguista de entonces, Eduardo Coudet, en cancha de River Plate, cuando discutieron al momento que éste lo hiciera ingresar promediando el segundo tiempo el 10 de febrero de 2019. Fue su última vez en el fútbol argentino. La anterior, en México, para Atlético San Luis ante Pumas, en agosto pasado.
Y su último gol en la «Academia» lo registró el 4 de diciembre del año 2018 en un cotejo disputado en Córdoba, donde Racing superó a Talleres por 3 a 1.
El encuentro, que fue presenciado por el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, invitado especialmente por la directiva velezana, tuvo al local ejerciendo una supremacía muy leve sobre los ecuatorianos, que se plantaron en un plano de igualdad y le disputaron la posesión del balón a los dirigidos por Gabriel Heinze en la mitad de la cancha con la experiencia de los cuatro argentinos que cuenta en su equipo el también connacional Máximo Villafañe: Alejandro Manchot, Víctor Figueroa, Alejandro Frezzotti y Tomás Oneto.
Los segundos 45 minutos cambiaron la historia a partir de que a los 10 fue expulsado por doble amarilla Bryan Sánchez en el conjunto visitante.
A partir de entonces Vélez hegemonizó las acciones y ya los ecuatorianos, pese a los esfuerzos del ex Newell’s, Figueroa, no podía tener el balón ni manejarlo como en varios pasajes de la etapa inicial.
Claro que los dueños de casa no encontraban la llave del gol porque Lucas Janson hacía todo bien pero se nublaba cuando pisaba el área ecuatoriana y Maximiliano Romero no encontraba buena «alimentación» ni en Thiago Almada ni en el armador desde la posición de volante central Gastón Giménez.

Hasta que exactamente a la media hora apareció la impronta de un jugador «distinto» como claramente lo es Centurión, que arrancó por el medio, pisó la medialuna, se metió en el área de Aucas limpiando en el camino a cuatro rivales con la pelota pegada al pie derecho con el que definió a través de un remate bajo, a la mano diestra del arquero Damián Frascarelli, que vio al balón introducirse junto al palo.
La conquista entusiasmó sin embargo más a Heinze que a sus dirigidos, ya que la arenga del «Gringo» para que buscaran una segunda conquista que les permitiera ir a jugar con más tranquilidad a la altura de Quito, no encontró el eco pretendido.
Ya por entonces el técnico había mandado a la cancha al debutante Tobías Zárate, hijo de Rolando «Roly» Zárate, uno de los cuatro hermanos de una dinastía familiar que quieren en Liniers como a hijos pródigos, excepto a Mauro, por su paso inesperado a Boca Juniors.
En definitiva los resultados mandan y para Vélez la victoria terminó siendo corta pensando en la revancha ante un equipo sólido como el ecuatoriano.