Cada 23 de mayo la historia se encarga de recordarnos que el pasado está lleno de episodios impactantes.
Uno de los más recordados ocurrió en 1934, cuando la famosa pareja de delincuentes Bonnie Parker y Clyde Barrow fue abatida a tiros por la policía en Louisiana. Su vida de robos y persecuciones durante la Gran Depresión terminó en una emboscada. El dúo inspiró libros, canciones y una película de culto en 1967 que los inmortalizó en la cultura popular.
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Dos años más tarde, en 1936, Buenos Aires sumaba un ícono que perdura hasta hoy: el Obelisco. Inaugurado en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, se construyó para conmemorar los 400 años de la primera fundación de la ciudad. Aunque fue resistido en sus inicios y hasta se intentó demolerlo, terminó convirtiéndose en el principal símbolo porteño.
La historia también recuerda el final de Heinrich Himmler, uno de los máximos jerarcas nazis, quien se suicidó en 1945 tras ser capturado por los británicos. Responsable de los campos de concentración y del aparato represivo del Tercer Reich, prefirió quitarse la vida antes de enfrentar un juicio por sus crímenes.
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El 23 de mayo de 1969 fue clave en la historia del rock: The Who lanzó Tommy, su ópera-rock que revolucionó el concepto de álbum narrativo. La historia del niño sordo, ciego y mudo se convirtió en un clásico y fue llevada al cine en 1975. Con este disco, la banda británica dejó una huella indeleble en la música.
En Argentina, la fecha es además significativa para la educación. En 1988, miles de docentes protagonizaron la Marcha Blanca, tras 42 días de paro. Aquel reclamo por salarios y condiciones dignas dejó una huella en la memoria colectiva, siendo recordado desde entonces como el Día del Trabajador de la Educación.
Fuente: Página 12.
Imagen de archivo.