Además, la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora reafirma que a la «democracia hay que cuidarla, hay que defenderla, pero también hay que exigir».
Almeida repasa cómo fue su acercamiento a las Madres en aquellos tiempos de desconfianza en un contexto de terror en el que sabía que había un grupo de mujeres que iba a la Plaza de Mayo, «pero yo decía, ¿quiénes serán? Y un jueves, fuimos con el que era mi yerno a la Plaza. A la ronda. Había mucha gente. El pañuelo todavía no se usaba. Cuando vimos tanta gente, me di cuenta que no estaba sola y eso me decidió. Al hacer esa catarsis en la que hablé y lloré, en un momento le dije a María Adela (Gard de Antokoletz) qué estúpida había sido. Y ella me contestó: ‘No, mijita, no digas eso. Cada madre se acercó cuando fue su momento. Y este es el tuyo, Taty’. Y así fue».
Fue a partir de ese momento que Taty supo que lo mejor que pudo hacer fue sumarse a las Madres, «hablar el mismo idioma y aceptar los logros y los no logros. Yo estoy hablando de mí, pero más de una eran amas de casa y nosotras salimos y empezamos a ocupar espacios que eran reservados para los hombres. Plazas, marchas, Pusimos el cuerpo con este pañuelo que recorrió el mundo. Por eso las Madres no aceptamos que nos digan heroicas. No. Hicimos lo que cualquier madre hace por un hijo y lo siguen haciendo de otras maneras».
Pero reconoce Almeida que «desde el momento que tuvimos la certeza que nuestros hijos estaban muertos, ya no gritábamos «aparición con vida», sino que nuestra lucha, hasta hoy, comenzó a basarse en tres patas: Memoria, Verdad y Justicia. Justicia legal, jamás justicia por mano propia.»
«Sinceramente, también tenemos que recordar que se cumplen 40 años de democracia, ¿no es cierto? A esta democracia hay que cuidarla, hay que defenderla, pero también hay que exigir. Entre otras cosas, no puede ser que en una democracia haya presos y presas políticas. No puede ser que en una democracia tengamos esta mafia judicial. ¿De qué manera? Saliendo a la calle.
Los derechos humanos abarcan el trabajo digno, el sueldo digno, la salud y la vivienda. Todos son derechos humanos. No son privilegios, son derechos que corresponden a todos.
Telam