La cofundadora de Adultxs por los Derechos de la Infancia, Silvia Piceda, dialogó este domingo por la mañana con Radio 3 y se refirió a las actividades que llevan adelante desde su asociación civil.
«Como es habitual recibimos durante toda la semana llamados, pedidos de ayuda, compañeros que se suman al Grupo de Pares por primera vez y más», celebró.
«Esto es una paradora porque se dice que es triste que estemos hablando de abuso sexual contra la infancia y que cada vez tengamos más compañeros que se comunican. Sin embargo, sabemos que para un adulto que pasó por esto en su infancia es fundamental el empezar a hablar para soltar toda la energía, culpa y vergüenza con la que cargó durante años que fue lo que le impidió hablar hasta hoy. Por eso nos alegra tanto cuando compañeros vuelven a comunicarse», aseguró.
«Los sobrevivientes de este delito tenemos la necesidad de hablar y ser escuchados con empatía -para- después empezar un camino de más libertad y alegría pudiéndose conocerse como víctima. Esto te hace después hacer todo un proceso en el cual la cual y vergüenza se la dejas a los agresores. La víctima carga a lo sumo con el dolor de su herida, pero no con eso que nos impuso el silencio que era la vergüenza y la culpa», expresó.
«También vemos en los adultos una gran resistencia de hablar de sus dolores de la infancia porque muchos interpretan que es una traición a sus adultos. Esto nos parece algo que hay que conversarlo», aseguró.
«Hay gente que no siente culpa de nuestro adultos», aseveró Piceda al ejemplificar con su propio hermano. «Lo cierto es que si somos fieles a los niños y niñas que fuimos… tenemos que reconocer que esos adultos en su momento no supieron cuidarnos ni escucharnos. Muchos fueron agresores, violento y abusadores. Esto se presenta como una dificultad y vemos que es el camino necesario para empezar a sanar y a la vez defender a los chicos del hoy», dijo.
«Con el tiempo uno va aprendiendo a que esos adultos no supieron a hacer otra cosa. Por eso nosotros insistimos en que si hay modos sanos de aprender a reaccionar. Como así también hay modos sanos de escuchar, cobijar y ayudar a un niño o niña que está pasando por este delito y lo está hablando; o un adulto o adolescente que dice que le pasó. Hay modos que son más sanos familiar y socialmente de reaccionar que es escuchando a la víctima con amor y empatía y teniendo total rechazo hacia el agresor».
«Siempre insistimos en que los adultos y adultas tenemos que aprender a escuchar los dolores de infancia, ya sean nuestros o de nuestros amigos, familiares o compañero. A la vez tenemos que saber reaccionar de una manera más sana a lo que lo han hecho la mayoría de los adultos cuando nosotros pasamos por esto en nuestra infancia», sentenció.
«Quiero que cualquier persona que haya pasado por esto sepa que no está sola ni solo, somos muchos muchos y que es muy importante encontrarnos con gente que nos escucha con respeto y amor. La verdad es que no somos, ni fuimos culpables o responsables por nada de los que nos pasó en nuestra infancia. Fuimos víctimas y lo importante es reconocernos como una para salir a defender a los chicos de hoy», aseveró.
Para finalizar, Piceda dijo que «los sobrevivientes y las víctimas hemos aprendido a contar nuestros dolores y hablarlos, y creo que no vamos a parar. Esto garantiza que con el tiempo este dolor de la infancia quede en el pasado y forme parte de anécdotas del pasado».
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