Una nueva alarma ambiental sacude a Europa: los microplásticos presentes en tierras agrícolas superan en cantidad a los detectados en los océanos.
Así lo reveló un estudio dirigido por el Instituto de Investigación Agronómica (INRAE) y el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, que examinó más de 4.500 investigaciones durante dos años y medio. Los resultados muestran que la agricultura se ha convertido en un gran foco de contaminación plástica.
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Los plásticos comenzaron a usarse masivamente en la agricultura desde la década de 1950 por su bajo costo y funcionalidad. Hoy, uno de cada cinco kilos de plástico consumidos en Francia está destinado a este sector. Pero lejos de representar un avance sustentable, esta práctica se traduce en una amenaza invisible para los suelos, los alimentos y la salud humana.
Según el estudio, se encontraron entre 100 y 10.000 partículas de microplásticos por kilo de tierra en el primer metro de profundidad de los suelos, afectando sobre todo las zonas agrícolas. Estos residuos se descomponen lentamente y se filtran en los ecosistemas, contaminando cultivos y animales, con efectos aún poco comprendidos en los seres humanos.
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Los científicos alertan que el reciclaje, aunque necesario, no es suficiente para resolver el problema. De hecho, consideran que perpetúa la cultura del plástico y retrasa los cambios estructurales necesarios. La única solución real, según los expertos, es reducir drásticamente la producción de plásticos, una meta que podría discutirse en las próximas negociaciones por un tratado internacional en Ginebra.
Mientras tanto, los efectos de esta contaminación siguen extendiéndose silenciosamente bajo nuestros pies. La llamada es urgente: sin un cambio de paradigma, la tierra que nos alimenta podría convertirse en la principal víctima del plástico que usamos y desechamos a diario.
Fuente: RFI.