En el marco del primer juicio por jurados de la circunscripción judicial de Lago Puelo, el jurado popular dio a conocer este miércoles su veredicto unánime.
De este modo, lo declararon culpable del delito de «lesiones graves con exceso en la legítima defensa».
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Cabe recordar que el hecho llevado a juicio fue calificado también por la Fiscalía como constitutivo de «tentativa de homicidio agravado por alevosía y por ensañamiento».
EL HECHO
El hecho ocurrió en la madrugada del 25 de diciembre, luego de los festejos de la Noche Buena. La familia se había reunido en una vivienda a festejar. Enrique (víctima) se fue a su casa y poco después escuchó gritos. Se dirigió a la vivienda de la que provenían los gritos y le dijo a su hermano (el imputado) que dejara de hacer lo que estaba haciendo. Luego se dio vuelta para regresar a su casa y recibió un golpe en la cabeza y catorce puñaladas en distintas partes del cuerpo. Fue llevado al hospital de El Hoyo, por la complejidad de las heridas lo derivaron al hospital de El Bolsón y desde allí al Hospital de Esquel, donde permaneció internado hasta el 9 de enero cuando fue dado de alta.
Hubo un acuerdo probatorio entre las partes, no se discutió que las lesiones fueron provocadas por el imputado Marcos Ariel Delgado y que consistieron en 14 puñaladas. Lo que estaba en discusión es el contexto en que se produjeron y si el imputado actuó con intención de matar o lo hizo en circunstancias habilitadas por la ley. Este último es el caso que llevó la defensa, sosteniendo que Delgado se defendió y debia ser absuelto por haber actuado en legitima defensa.
La procuradora, Ponce Ventura se refirió a la declaración del imputado, resaltó que tiene derecho de no declarar, pero si lo hace, como en este caso, su versión debe ser analizada y contrastada con el resto de la prueba. Es el único que no está obligado a decir la verdad.
También habló de las cicatrices que le quedaron a la víctima “…las marcas van a quedar tatuadas en su cara, su cuerpo y su mente para siempre…”
La víctima hizo uso de la palabra para decir, conmovido que se siente discapacitado, que antes trabajaba en la construcción pero que ahora no puede hacerlo por la lesión en un brazo. “Me cagó la vida “.
Por su parte la defensa particular procuró demostrar al jurado que la Fiscalía no logró demostrar su caso sin dejar una duda razonable que impidiera declararlo culpable.
Atacó la declaración de la víctima y resaltó los elementos que permiten sostener la versión del imputado, indicando que estuvo ante una situación de legítima defensa porque corría riesgo su vida.
Añadió que cuando uno se defiende no quiere matar, solo se defiende como puede con lo que tiene y de acuerdo a las circunstancias. El imputado habló para sostener que él se defendió.
Fuente: Ministerio Público Fiscal Chubut.