Un atacante detonó explosivos en un banco de Kunduz. Las autoridades investigan el hecho, mientras crece la amenaza del Estado Islámico en el país.
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Un atentado suicida sacudió este martes la capital de Kunduz, en el norte de Afganistán, dejando un saldo de cinco muertos y siete heridos, según informó la policía local. El ataque ocurrió poco después de la apertura de un banco, cuando un kamikaze activó explosivos de fabricación casera, detalló el portavoz policial Jumadin Khaksar.
Si bien ningún grupo ha reivindicado el atentado, las autoridades sospechan de movimientos yihadistas, como el Estado Islámico (EI), que ha perpetrado múltiples ataques en Afganistán, pese a que los talibanes niegan su presencia en el país.
Desde su retorno al poder en agosto de 2021, los talibanes prometieron estabilidad y seguridad, pero la realidad ha sido diferente. El Estado Islámico ha ejecutado múltiples ataques, incluyendo el atentado en un banco de Kandahar en 2024 y un ataque contra una mezquita chií un mes después.
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El grupo yihadista también se adjudicó el asesinato del entonces ministro de Refugiados de los talibanes, Khalilur Rahman Haqqani, ocurrido el pasado 11 de diciembre, en un atentado dentro de su propio despacho. Haqqani era sobrino de Siraj Uddin Haqqani, líder de la Red Haqqani, una organización vinculada a Al Qaeda, según la ONU.
El comandante provincial de Kunduz trabaja con las autoridades para identificar y capturar a los responsables del ataque. Mientras tanto, la población afgana sigue viviendo bajo la amenaza constante del terrorismo, que desafía el control del régimen talibán.
Fuente: DW
Foto: Archivo