El abuso sexual intrafamiliar viene repitiendo en los últimos años, y los abusadores suelen ser personas cercanas o relacionadas con la misma familia, como padrastros, padres biológicos, concubinos o parientes cercanos.
Los abusos son sostenidos en el tiempo y se producen de manera progresiva, lo que puede llevar a una escalada de la gravedad de la acción. Los abusadores se aprovechan de la confianza del niño o niña para pasar de una relación de amistad a una situación sexual a la fuerza para continuar a través de amenazas.
Es importante denunciar estos casos a tiempo para prevenir una mayor violencia. La difusión del tratamiento judicial y la existencia de estamentos del Estado donde se pueden canalizar las denuncias, como las distintas delegaciones de la Comisaría de la Mujer de la Policía provincial y el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD), han llevado al aumento de las denuncias.
Es necesario estar atento a las señales de abuso en los niños, niñas y adolescentes, ya que pueden parecer asintomáticos.
Algunos síntomas que pueden indicar incluyen abuso pesadillas y problemas para dormir, conducta retraída, estallidos de angustia, ansiedad, depresión, rechazo a quedarse solos con una persona en particular, conocimiento inapropiado para la edad acerca de la sexualidad, que se manifiesta mediante conductas y lenguaje sexualizado. Los niños menores de tres años pueden presentar lesiones genitales y reacciones inespecíficas. En cualquiera de estos casos, es importante buscar ayuda profesional especializada para evaluar cuidadosamente la situación.
Fuente: Área prensa Ministerio Público Fiscal, oficina Rawson