El asambleísta departamental de Somos Pueblo Israel Alanoca, denunciante del caso, fue quien reveló que Quispe quedó liberado del proceso penal, y anunció la impugnación a la decisión de la fiscal Jenny Benítez.
El 2 de febrero, la Policía y varios asambleístas ingresaron al despacho de Quispe y lo encontraron junto a otros funcionarios, rodeados de latas de cerveza y botellas, que el mandatario local denunció como “plantados”.
Alanoca consideró una “aberración” la resolución de la fiscal a favor de sobreseer a Quispe, cuando se trató de un caso de flagrancia.
“El sobreseimiento se da porque no existen pruebas y es contradictorio porque a Quispe se lo ha encontrado en flagrancia, hay muchas pruebas, se han recolectado bastantes latas de cerveza; con esta resolución, la fiscal nos dice que ahora es legal beber en oficinas y vehículos del Estado”, advirtió Alanoca al sitio del diario Página Siete.
Después de una breve detención, a Quispe se le otorgó la prisión domiciliaria con derecho al trabajo, con una fianza de 70.000 bolivianos (algo más de 10.000 dólares) y prohibición de beber alcohol.
Quispe, hijo y heredero político del líder indígena Felipe «El Mallku» Quispe Huanca, fallecido hace un año por Covid-19, ganó el cargo en la segunda vuelta de las elecciones del año pasado, favorecido por el voto de toda la oposición contra el oficialista Franklin Flores, vencedor de la primera ronda.