Canelo Álvarez derrotó a William Scull por decisión unánime y volvió a convertirse en campeón indiscutido de las 168 libras. En una pelea deslucida, el mexicano recuperó el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo y sumó una nueva victoria a su carrera, aunque se mostró decepcionado por la propuesta del boxeador cubano.
El combate fue monótono y sin emociones fuertes. Desde el inicio, Canelo intentó presionar y trabajar al cuerpo de Scull, quien se dedicó a moverse y evitar el intercambio, sin intenciones claras de ir por la victoria. A pesar del dominio del mexicano, la falta de acción marcó el desarrollo de los 12 rounds.
Incluso el árbitro reclamó más intensidad antes del décimo asalto, reflejando el descontento del público. Canelo intentó acorralar y conectar, pero Scull se mantuvo en modo defensivo, lo que generó el enojo del campeón. Al final del combate, Álvarez expresó: “No vino a pelear”, en un claro reproche a su rival.
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Lo más destacado de la noche ocurrió tras la pelea, cuando el presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, Turki Al-Alshikh, subió al ring para confirmar el próximo duelo del mexicano: Canelo enfrentará a Terence Crawford el 13 de septiembre en Las Vegas.
Con esta victoria, Canelo suma el cinturón de la FIB a los que ya poseía de la AMB, OMB y CMB, y le quitó el invicto a William Scull. El esperado combate ante Crawford promete redimir lo que fue una noche sin brillo, pero con una nueva consagración para el púgil tapatío.
Fuente: TyC Sports.