El exintendente de Comodoro Rivadavia y responsable del PJ en Chubut, Carlos Linares, cuestionó al actual intendente por no asistir a los actos del partido, inclinando su preferencia por otro alero de su política, Gustavo Fita. Mientras tanto, Comodoro Rivadavia enfrenta serios problemas de infraestructura y servicios básicos.
La empresa pública partidaria de Linares, Di Pierro, Luque y que tenía continuidad en Macharashvili, aparentemente no pasa por sus mejores momentos, eligiendo seguir priorizando la política partidaria que comenzara hace dos décadas de gestiones y sucesiones en la municipalidad de Comodoro Rivadavia.
Los intereses no serían muy distintos a los de siempre si no fuera por el contexto, ya que Macharashvili ha heredado una ciudad completamente carente de obras y políticas de infraestructura que la azotan cada vez que el clima se manifiesta con lluvias, nieve o viento.
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No son pocos los barrios y vecinos que salen a protestar, exigiendo desde hace años la realización de obras básicas como luz, agua, cloacas y gas. Ante las decisiones nacionales sobre la realización de obras, estas protestas sirvieron para posicionarse de manera opositora, pero poco ha durado ya que, a las claras, se nota que dos décadas en el poder no han sido más que tiempo perdido para los comodorenses.
Carlos Linares y su equipo político, responsables de la actualidad del PJ en Chubut, de las continuas derrotas electorales y de haber destruido a la ciudad más productiva de la provincia, reclaman al actual intendente que abandone las gestiones de una ciudad en emergencia para ir a un acto. El senador seguiría priorizando el partido y su continuidad dependiente del Estado ocupando cargos públicos antes de las necesidades que han tenido siempre los comodorenses y que fueron desatendidas continuamente.
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El paso de mando de uno a otro en la mesa chica del PJ tiene una realidad concreta, que el propio Linares sabe y por eso presenta proyectos de zonas de emergencia. Las propias familias son testigos y actores principales en medio de esta puja partidaria que nada tiene que ver con la realidad que transitan. Raro sería ver a Linares en los medios hablando de proyectos, obras, desarrollo o economía. Lo habitual siempre son declaraciones políticas partidarias o destructivas, sin siquiera hacerse responsable de la falta de infraestructura en Comodoro Rivadavia o las constantes derrotas del PJ. Como si fuera un novel político recién llegado, y no un exviceintendente, exintendente, excandidato a la gobernación, presidente del partido y actual senador, en una carrera pública de más de dos décadas «haciendo política por la gente».
«Con el tano Di Pierro en el 2011 dijimos que soñábamos un municipio peronista por más de 20 años y llevamos 16», dijo Linares en recientes declaraciones públicas, como si fuera una condena social a cumplir por parte de los vecinos de Comodoro Rivadavia. Sin ser una crítica a una visión de hacer política, sino solamente de observar resultados y ver cómo está la ciudad… 16 años después.
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Frente a toda inclemencia que presenta el clima, con un invierno duro, con nieve, lluvia y frío, salen a la luz la falta de prevención en políticas públicas y obras de infraestructura que sigue teniendo Comodoro Rivadavia. Los actuales funcionarios reclaman al gobierno nacional, criticando las decisiones centralistas sobre las obras públicas, pero por dos décadas las reglas de juego fueron distintas y la obra más importante de la ciudad es un estadio deportivo que ni siquiera se terminó. Mas agravante aún es que en la gestión de Luque se decidió utilizar miles de millones de pesos de los contribuyentes para finalizar lo incumplido por los referentes políticos nacionales de Linares. Porque Comodoro no necesita obras de agua, planta desalinizadora, obras de cloacas, viviendas, gas, electricidad, asfalto; nada de eso fue ni es necesario, solamente un estadio deportivo y seguir manejando el PJ en Chubut.
“En los momentos difíciles tenemos que poner las diferencias políticas de lado y que nuestra provincia nos encuentre trabajando juntos”, dijo Linares antes de los reclamos a Macharashvili, mostrando coherencia en su forma de seguir haciendo política, mientras el intendente debe hacer frente a una ciudad empobrecida durante años de trabajo juntos.
