En su primera declaración ante el fiscal Marcelo Domínguez, Pilepich aseguró que el 18 de julio pasado, cuando se hallaban en una de las oficinas de «Renacer» observó a Vargas “desencajado con una pistola en la mano” y que le dijo “este hijo de puta no daba para más”, en referencia a “Lechuga” Pérez Algaba, a quien vio tirado en el piso ya fallecido.
Pilepich se encuentra actualmente detenido en la cárcel de Melchor Romero y está acusado del delito de «homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas», en perjuicio de «Lechuga» Pérez Algaba, el cual prevé en un futuro juicio oral la pena de prisión perpetua.
Al momento de ser indagado, Vargas había acusado de manera directa a Pilepich de haber asesinado por la espalda a la víctima y que, tras el crimen, el homicida le había dicho «Ya está, no aguantaba más, hay límites», en referencia a las exigencias de una deuda por parte de Pérez Algaba de unos 150.000 dólares y que lo extorsionaba.
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Sin embargo, en su indagatoria, a la que Télam tuvo acceso, Pilepich aseguró que «no tenía ninguna deuda económica con Pérez Algaba» y que el crimen lo cometió Vargas por celos, ya que -según le contó éste- la víctima le dijo que mantenía relaciones sexuales con una expareja suya y hasta le mostró una foto en su teléfono celular.
«Fernando estaba cambiando unas lamparitas y (Vargas) le pegó dos o tres tiros, no sé dónde se los pegó. Dijo que se le había nublado la vista y le disparó», aseguró el empresario de la construcción ante el fiscal Domínguez.
Télam