Este domingo el satélite Salsa, uno de los cuatro satélites de la misión Cluster de la Agencia Espacial Europea (ESA), regresará a la Tierra después de 24 años en el espacio. Durante su tiempo en órbita, Salsa ha sido fundamental para estudiar la interacción entre el viento solar y la magnetósfera terrestre.
La ESA ha planificado una reentrada «orientada» para el satélite, con el objetivo de que se desintegre en una zona geográfica específica. A pesar de la planificación, no se tiene control absoluto sobre el satélite durante su regreso. La estrategia consiste en reducir gradualmente la altitud del satélite en sus últimas órbitas: primero a unos 110-120 kilómetros y luego a 80 kilómetros, una región de la atmósfera donde el satélite tiene más posibilidades de desintegrarse completamente.
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Para estudiar el proceso de desintegración, se enviará un avión a 10.000 metros de altitud para observar la caída y desintegración del satélite de 550 kg. Los científicos esperan determinar el lugar de la reentrada con un margen de varios cientos de metros para garantizar que el avión pueda captar los detalles de la desintegración.
Bruno Sousa, jefe de la unidad de operaciones de misiones del sistema solar interno de la ESA, comentó: “A partir de esto podemos aprender más sobre los tipos de materiales que sobreviven al proceso de combustión para que en el futuro podamos construir satélites que puedan evaporarse por completo en este proceso”.
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La reentrada del satélite es también un recordatorio de la creciente preocupación sobre la basura espacial, que incluye satélites inactivos y restos de misiones anteriores que orbitan la Tierra. En respuesta a este problema, la ESA ha firmado una carta de “residuos cero” para sus misiones a partir de 2030.
Fuente: Diario Hoy.