“Estamos alarmados por el chocante número de activistas asesinados, acosados o amenazados en Colombia, y el hecho es que esta terrible tendencia parece empeorar”, señaló este viernes en conferencia de prensa el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU), Rupert Colville.
Este organismo hace un seguimiento de la situación en Colombia a través de su oficina en el país. Colville comparó el número de víctimas desde inicios de año con las 115 registradas en todo 2018, cuando ya se hizo evidente el agravamiento de la situación.
Desde 2015, cuando 41 líderes sociales y defensores de los Derechos Humanos fueron asesinados, el riesgo ha ido incrementando. En 2016, 61 activistas tuvieron muertes violentas, en 2017 hubo 41 episodios y el año pasado las autoridades registraron 115 homicidios. En este sentido, en lo que va de 2019, ya se han producido 51 hechos.
Colville denunció que el peligro para los líderes ha aumentado al compás de campañas de estigmatización en su contra, especialmente contra aquellos que viven en zonas rurales, caracterizadas por la carencia de servicios básicos, los altos niveles de pobreza y los cultivos ilegales.
Todo ello hace más fácil la presencia de grupos armados ilegales, así como de criminales, por lo que la ONU pidió que las autoridades aborden esa situación de exclusión.
El blanco de la violencia son activistas que defienden las más diversas causas, entre las que se encuentran las de comunidad afrocolombiana, de los indígenas, de los campesinos, de los LGBTI y por los derechos de las mujeres.
También han sido asesinados colombianos que se han alzado en defensa del medio ambiente y contra la explotación irresponsable de recursos naturales, así como periodistas y políticos por sus denuncias.
La ONU teme que la situación empeore conforme se acercan las elecciones municipales previstas para el próximo mes de octubre, como modo de disuadir a quienes quieran plantear denuncias o presentarse como candidatos.
Fuente: EFE / Télam