Un estudio revela que especies extremadamente peligrosas están desplazándose a nuevas regiones debido al aumento de temperaturas y cambios en sus hábitats.
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El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado el 19 de marzo de 2025, confirma que el cambio climático sigue acelerándose, con temperaturas récord y niveles sin precedentes de gases de efecto invernadero. Entre las muchas consecuencias de este fenómeno, los científicos han detectado un peligroso desplazamiento de serpientes venenosas hacia nuevas regiones, lo que representa un riesgo creciente para la biodiversidad y la salud pública mundial.
Según un estudio realizado por científicos de Brasil, España, Alemania y Costa Rica, publicado en la revista The Lancet Planetary Health, el aumento de temperaturas está obligando a diversas especies de serpientes venenosas a migrar hacia zonas con climas más adecuados para su supervivencia. En particular, especies altamente peligrosas de África podrían desplazarse a otras partes del mundo antes de 2070.
Los investigadores analizaron 209 especies de serpientes venenosas y cartografiaron los entornos donde podrían establecerse en el futuro. De ellas, 43 especies proceden de África, incluyendo 30 altamente peligrosas, clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de tipo 1, con alto riesgo de causar discapacidad o muerte.
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El estudio prevé que países como Nigeria y Namibia en África, y China, Nepal y Myanmar en Asia, podrían recibir especies venenosas provenientes de otras zonas. Además, el Sudeste Asiático y África (incluyendo Uganda, Kenia, Bangladesh, India y Tailandia) se encuentran entre las regiones más vulnerables a este fenómeno debido a factores como bajos ingresos y altas poblaciones rurales, lo que podría dificultar la respuesta sanitaria ante un aumento de mordeduras de serpientes.
La migración de serpientes venenosas no solo afecta a la biodiversidad, sino que también representa un serio problema de salud pública. Según la OMS, las mordeduras de serpientes ya sobrecargan los sistemas sanitarios de varios países con miles de muertes cada año. Este problema podría agravarse en las próximas décadas, aumentando el contacto entre humanos y serpientes y afectando a comunidades agrícolas que dependen del entorno natural para su sustento.
A medida que el cambio climático continúe modificando los ecosistemas, es fundamental que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para mitigar sus efectos y prepararse para los desafíos que traerá, desde la pérdida de hábitats hasta nuevas amenazas para la salud humana y la biodiversidad global.
Fuente: National Geographic
Foto: Archivo