José Luis Carballido, paleontólogo del CONICET, explicó las características del dinosaurio carnívoro que hoy puede verse en la laguna Cacique Chiquichano.
Durante una entrevista en Radio 3, el paleontólogo e investigador del CONICET José Luis Carballido brindó detalles sobre el Tyrannotitan chubutensis, uno de los dinosaurios carnívoros más grandes hallados en América del Sur, cuyos fósiles fueron descubiertos en las inmediaciones de Trelew en 1995.
“Estamos hablando de un dinosaurio carnívoro, de hecho, uno de los más grandes del mundo. Se descubrió alrededor del año 1995 en una serie de campañas de prospección que hacía el Museo Egidio Feruglio”, contó Carballido. Y agregó: “Tyrannotitan es una especie que conocemos en base a dos individuos que se encontraron muy cerca uno del otro, lo cual es extremadamente raro”.
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Según explicó, se trataba de un animal que pesaba entre 5 y 6 toneladas, con una cabeza enorme y dientes aserrados “como cuchillos”, perteneciente al grupo de los «carcharodontosaurus». “Era ideal para alimentarse de otros dinosaurios, seguramente de saurópodos como el Patagotitan, que vivió en el mismo lugar y época”, detalló.
El Tyrannotitan caminaba en dos patas y sus miembros delanteros eran cortos pero funcionales. Vivió entre 115 y 120 millones de años atrás, durante el Cretácico Inferior. “Estamos bastante convencidos de que se alimentaban de esos grandes herbívoros cuando ya estaban muertos o muy heridos. Es decir, eran carroñeros más que cazadores activos”, aclaró el especialista.
Consultado sobre si este dinosaurio podía haber sido caníbal, Carballido respondió: “Es posible. Si faltaba alimento y lo único que había era un ejemplar muerto de su misma especie, seguramente se lo comían. No hay pruebas fósiles directas, pero no se puede descartar”.
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Además, el investigador se refirió al fenómeno del gigantismo en Sudamérica: “Lo único que sabemos con certeza es que en el Cretácico hubo abundancia de plantas que permitió mantener a estos enormes herbívoros, y detrás de ellos, a los grandes carnívoros como el Tyrannotitan”.
Por último, Carballido destacó que no se recuperó el esqueleto completo, pero sí partes clave. “Entre los dos ejemplares se puede reconstruir bastante bien la anatomía. Del cráneo tenemos una mandíbula y algunos dientes, vértebras, huesos de las patas… vamos armando un rompecabezas”, concluyó.