Un caso que permaneció sin resolver durante casi seis décadas llegó a su fin en el Reino Unido: Ryland Headley, de 92 años, fue condenado este martes a cadena perpetua por la violación y asesinato de Louisa Dunne, una viuda de 75 años, ocurrido en 1967 en la ciudad de Bristol.
La pena incluye un mínimo de 20 años de prisión, lo que equivale a una sentencia de por vida, según dictaminó el Tribunal de la Corona de Bristol.
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La víctima fue hallada muerta por estrangulamiento en su domicilio el 28 de junio de 1967. Durante la investigación inicial, se detectó una huella de palma en la vivienda, pero los análisis realizados a 19.000 hombres no arrojaron coincidencias. El caso fue archivado hasta que, en 2023, la policía reabrió el expediente y pudo establecer una coincidencia de ADN con evidencia encontrada en la falda de la víctima.
El juez Derek Sweeting, al dictar sentencia, fue categórico: “Usted nunca será liberado y morirá en prisión. La señora Dunne era vulnerable. Era una mujer mayor que vivía sola”. El acusado tenía 34 años al momento del crimen, y ya había sido condenado en 1977 por la violación de dos mujeres mayores.
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La tecnología forense moderna fue clave para resolver el caso: los restos genéticos y objetos recolectados hace más de 50 años fueron contrastados con el ADN de Headley, y la huella de su mano izquierda también coincidió con la hallada en el lugar del crimen. La condena fue celebrada por la familia de la víctima, que durante décadas esperó justicia.
La policía británica informó que, tras la condena, se han reabierto otras investigaciones de casos similares que podrían estar vinculados a Headley, debido a su perfil delictivo y antecedentes. La sentencia marca un hito en los casos fríos del Reino Unido, demostrando que la justicia puede alcanzarse, incluso después de más de medio siglo.
Fuente: AFP.
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