La Justicia de Guatemala condenó a seis años de prisión al fundador de un diario crítico del Gobierno, en un juicio por lavado de dinero que los gremios internacionales de prensa denunciaron como «caza de brujas».
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«Se impone a José Rubén Zamora Marroquín la pena de seis años de prisión inconmutables», declaró el juez Otto Valvert, al anunciar la sentencia contra el fundador de El Periódico, que cerró el 15 de mayo tras 27 años de circulación. El fallo es apelable.
Zamora, que está en prisión hace casi 11 meses, tenía la esperanza de ser absuelto en este juicio que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) cataloga como un «acto de intimidación» y «caza de brujas», y que se produce en medio de la campaña de las elecciones generales del 25 de junio.
«Tengo un hijo en el exilio que tiene orden de captura (en Guatemala). Por fortuna mi esposa salió para Estados Unidos también, porque pienso que quieren capturarla», dijo durante la audiencia el fundador de El Periódico, según recogió la agencia de noticias AFP.
En este juicio iniciado el 2 de mayo, la Fiscalía había solicitado 40 años de prisión para Zamora por supuesto lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias, una pena desproporcionada, según su hijo, Ramón Zamora.
Sin embargo, el tribunal solo admitió los cargos por lavado de dinero y desestimó los otros dos, y también condenó a Zamora a pagar una multa de unos 37.500 dólares.
La exfiscal Samari Gómez, juzgada bajo la acusación de filtrar informaciones, fue absuelta por el tribunal.
De acuerdo con la Fiscalía, Zamora de intentar blanquear unos 37.500 dólares «producto de chantajes y extorsiones» a empresarios para no publicar información en su contra.
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Pero el periodista de 66 años afirmó que ese dinero provenía en su mayoría de la venta de una obra de arte para financiar su medio, que arrastraba una crisis financiera agravada con su arresto.
«Si hubieran aceptado las pruebas que mi padre quiso aportar, podíamos acreditar el origen lícito del dinero», dijo su hijo.
Zamora acusa al presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, y a la fiscal general, Consuelo Porras, sancionada por Estados Unidos, de haber fabricado el caso para silenciarlo por publicaciones sobre corrupción en el gobierno.
Tras denunciar «persecución penal y presión económica», el diario, que había recibido varios galardones, entre ellos el de Medio Destacado en los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España 2021, cerró definitivamente el 15 de mayo.
Algunos periodistas del medio se exiliaron luego de que un juez autorizara a investigarlos por la cobertura de los procesos penales contra Zamora, en la investigación que incluye a ocho periodistas y columnistas.
La Fiscalía abrió otros dos casos contra Zamora, uno por presuntamente intentar frenar una investigación por lavado de dinero y otra por el supuesto uso de firmas falsas en las boletas para viajar al extranjero entre 2015 y 2017.
Durante la audiencia, el fundador del medio manifestó que entre la decena de abogados que había participado en su defensa «la mayoría fueron perseguidos por el Estado de Guatemala, cuatro fueron encarcelados y dos salieron del país».
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«Criminalizar la labor de los periodistas atenta contra las normas democráticas y el respeto de la libertad de expresión», dijo en marzo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
Por su parte, Juanita Goebertus, de la ONG Human Rights Watch (HRW), denunció que documentaron «cómo están a punto de extinguir a la prensa independiente de» Guatemala, al cierre de una visita por el país.
«Estamos ante un claro acto de intimidación en contra de todo el periodismo de Guatemala», dijo el viernes el presidente de la SIP, Michael Greenspon, en un comunicado.
El caso Zamora ocurre tras la detención de varios exfiscales y jueces que investigaron sonados casos de corrupción, quienes ahora son señalados en su mayoría de abusos de autoridad. Según HRW, ocho están presos y más de 30 exiliados.
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El candidato presidencial centrista Edmond Mulet sostuvo que la persecución a periodistas y fiscales refleja que Guatemala se desliza «poco a poco a un modelo autoritario».
Fuente: Télam.
