La empresa suiza FinalSpark desarrolló un innovador procesador basado en minicerebros hechos de tejido cerebral humano, ofreciendo una prometedora alternativa a la informática tradicional de silicio. Este «bioordenador» integra 16 organoides cerebrales cultivados a partir de células madre neurales humanas, permitiendo realizar cálculos de manera significativamente más eficiente en términos energéticos.
El bioprocesador, alojado en la plataforma Neuroplatform, puede procesar información con un consumo energético hasta un millón de veces inferior al de los procesadores digitales convencionales.
MIRÁ TAMBIÉN: Siete atractivos de Tandil que fusionan la naturaleza con la cultura e historia
Este avance tecnológico también podría reducir las emisiones de carbono asociadas al uso creciente de la inteligencia artificial (IA). La Neuroplatform de FinalSpark permite a investigadores de todo el mundo experimentar con estos bioprocesadores desde cualquier lugar.
La empresa ha ofrecido acceso gratuito a nueve instituciones de investigación, y más de tres docenas de universidades han mostrado interés en esta tecnología. Además de alojar organoides en matrices conectadas a electrodos, la Neuroplatform está equipada con un sistema de microfluidos que suministra nutrientes esenciales, manteniendo los tejidos neuronales vivos y operativos hasta por 100 días, facilitando estudios extensos y complejos de forma remota.
MIRÁ TAMBIÉN: Día Mundial del Vino Rosado, un vino que ha ganado popularidad en el país
El cofundador de FinalSpark, Fred Jordan, y su equipo han utilizado más de 1.000 organoides cerebrales en los últimos tres años, recopilando más de 18 terabytes de datos. Aunque la idea de ordenadores vivos no es nueva, la propuesta de FinalSpark destaca por su enfoque en eficiencia energética y sostenibilidad.
FUENTE: DW.