Este viernes, se presentó una denuncia por abuso sexual contra el exgobernador y actual senador por Tucumán, José Alperovich.
Una joven, familiar del legislador, lo acusó de abusar sexualmente de ella durante más de un año y relató los hechos a través de una carta que difundió a través de redes sociales.
“Durante un año y medio, mi tío José Alperovich violentó mi integridad física, psicológica y sexual”, expresó la víctima de 29 años que trabajó junto al senador en la campaña para Gobernador.
La denuncia por abuso sexual fue hecha tanto en los Tribunales penales de Tucumán como en Buenos Aires, en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), ya que los abusos habrían ocurrido en ambas provincias.
La víctima era asistente personal de Alperovich y sucedieron entre fines de 2017 y mayo de 2019.
En la denuncia primero habla de dos hechos, ocurridos el 14 y el 27 de diciembre de 2017 en el departamento de él, en Puerto Madero, Capital Federal. Luego, habla de otros abusos, agravados por acceso carnal, que sucedieron en Tucumán, en la casa que usaban como sede de campaña.
“Estoy segura que ninguna persona que haya sufrido violencia sexual quisiera estar en este lugar, desnudando la intimidad más dolorosa de su vida”, manifestó la joven en la carta publicada.
“Nos obligan a encontrar en esta manera la posibilidad de ser escuchadas. Ya no nos callamos más, pero tampoco queremos hablar por lo bajo de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de lo que nos hicieron y de cómo hacemos para volver a la vida”, comienza.
“No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido”, señala.
“El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual”, denunció.
“El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él”, revela la víctima.
Fuente: Télam / ámbito.com / Infobae