El hallazgo de un ictiosaurio con un feto de 131 millones de años aporta información clave sobre su biología y plantea reflexiones sobre el cambio climático.
Un equipo internacional de paleontólogos descubrió el fósil de un ictiosaurio preñado en la Patagonia chilena, específicamente en el Glaciar Tyndall, dentro del Parque Nacional Torres del Paine. El ejemplar, apodado Fiona, tiene una antigüedad de 131 millones de años y se encuentra en excelente estado de conservación.
El hallazgo, publicado en Journal of Vertebrate Paleontology, revela que Fiona pertenecía al género Myobradypterygius hauthali, descrito originalmente en Argentina en 1927. Su estudio llena un vacío de 70 millones de años en el registro fósil de esta especie y proporciona detalles sobre su anatomía y reproducción.
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El fósil incluye un feto de aproximadamente 50 cm en su etapa final de gestación, lo que permite a los investigadores comprender mejor la biología reproductiva de los ictiosaurios. Además, se hallaron restos de peces en su interior, lo que sugiere parte de su dieta. También se detectó una lesión en una de sus aletas, un caso poco común en fósiles de esta era.
El Glaciar Tyndall es una zona rica en fósiles, con 87 ictiosaurios documentados hasta la fecha. Sin embargo, el cambio climático, responsable del retroceso del glaciar y del hallazgo de Fiona, también pone en riesgo la preservación de estos fósiles debido a la erosión y la exposición al agua.
Judith Pardo, autora principal del estudio, advirtió que estos procesos climáticos que permiten descubrimientos paleontológicos son los mismos que pueden destruirlos. «El cambio climático no solo modifica paisajes, sino que también amenaza el patrimonio natural que recién estamos conociendo», concluyó.
Con información de DW.
Foto: Bob Nicholls/ANGLIAN WATER/PA/dpa.