El ingeniero agrónomo e investigador de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Chubut del INTA, Sergio Pena, destacó el potencial de la Patagonia Sur “para el desarrollo agroindustrial de la cadena del sector ovino”, ya sea tanto en lo lanero como cárnico, y subrayó el rol que la provincia del Chubut podría ocupar en el marco de la demanda mundial de lanas finas.
“Hablemos del ovino y su futuro.” Ese fue el lema del seminario virtual organizado por la EEA Chubut y el cual contó la participación de especialistas de distintas partes del mundo que reflexionaron sobre las tendencias actuales y futuras del sector.

El seminario, desarrollado en agosto último y el cual se extendió durante casi tres horas, contó con la exposición de Michael Blake, consultor de Meat, Wool and livestock en Blake y asociados y quien aportó su mirada desde Australia; de Roberto Cardellino, ingeniero agrónomo y director de Delta Consultores (Uruguay), y de Raúl Lira Fernández, investigador en la Estación Experimental Kampenaike (Chile), en el área de ganadería.
“Es destacable la participación de los colegas extranjeros que nos dieron sus miradas de lo que sucede con el sector ovino desde sus lugares, lo cual es bueno porque permite tomar distancia de lo pasa localmente y, así, tener un punto de referencia y una visión en prospectiva, hacia delante, con la actividad ovina”, subrayó Pena a Radio 3.

“Hay que hay profundizar algunas políticas de apoyo a la actividad, la cual ha tenido a lo largo de la historia diferentes altibajos. Hoy aparece una ventana de posibilidades porque su producto, tanto la carne como la lana con determinadas características, tiene demanda a nivel internacional”, analizó Pena, quien durante cinco años (desde 2016) fue director de la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz del INTA.
“En cuanto a la carne, por ejemplo, el consumo a nivel nacional es bajo pero ha habido un corrimiento muy grande desde la carne vacuna hacia otras carnes. Así es como ha subido en un principio el consumo del pollo y del cerdo”, continuó el ingeniero agrónomo.
«La Patagonia Sur es un lugar de referencia en el desarrollo agroindustrial de la cadena del ovino, ya sea en lo lanero como en lo cárnico», destacó Pena.
En esta línea, Pena dijo que “la carne ovina puede ocupar un lugar más destacado en el conjunto de carnes consumidas a nivel nacional”. “Ese escenario da alguna punta en cuanto a desde dónde se tienen que mirar las cuestiones de formulación de políticas públicas que acompañen un posible desarrollo de la actividad”, consideró investigador de la EEA Chubut.
“Santa Cruz tiene un polo cárnico ovino con la mayor actividad de frigoríficos que hacen exportación. Hay otros frigoríficos instalados a lo largo y ancho del país pero la concentración de plantas de faena para exportar está en Río Gallegos, así como la mayor cantidad de plantas de industria lanera están acá, en el polo de Trelew”, destacó.
En este sentido, Pena resaltó que “la Patagonia Sur es un lugar de referencia en el desarrollo agroindustrial de la cadena del ovino, ya sea en lo lanero como en lo cárnico”.

Lanas finas
Durante la entrevista, Pena también se refirió a la demanda mundial que existe de lanas finas y, en ese marco, hizo alusión a la intervención de Cardellino durante el seminario.
“El mensaje que deja Cardellino, conocedor del mercado lanero en Uruguay, es que las lanas finas son las que hoy tienen una demanda más firme e interesante, mientras que las más gruesas, cruzas y de 25 micrones hacia arriba, cuenta con una demanda más acotada y con precios más bajos, ya que hoy es difícil su colocación porque no son buscadas”, explicó.
“A nivel provincial, se cuenta con un rodeo de lanas finas, merino básicamente, que es muy interesante y que, de hecho, han sido top durante muchos años”, subrayó.
“Las lanas merino finas de la provincia son especialmente las requeridas para los usos que hoy se están dando, lo cual es para vestimenta”, expresó. Y añadió: “A lo mejor haya que buscarle una mayor visibilidad para que puedan ser más recocidas. Son una buena base para apuntar hacia delante, como lo hicieron los uruguayos que se pusieron una meta de tener un stock de lanas finas y superfinas y lo lograron a partir de un trabajo mancomunado entre la industria, los productores y el gobierno”.

En ese marco, Pena consideró que hay que “establecer miradas desde el sector público y privado hacia delante que permitan pensar que es posible tener alguna reactivación con la actividad”.
“Hay un paquete tecnológico en materia de genética, de intensificación y del uso de suplementación interesante para que al menos la actividad no decaiga. Hay hoy tecnologías disponibles que podrían dar las pautas para pensar en una reactivación”, concluyó.