Injusta y dura, por lo general, es la muerte. Y más si es abrupta y encima si golpea a gente de la buena. Querible y respetable. Que no es poco en estos tiempos. El frío mensaje de Whatsapp avisaba del fallecimiento de Fabián Susanich. Este viernes, a primera hora de la tarde, incrédulo, shockeado, pregunté y volví a preguntar si era cierto. Triste, fuerte, la terrible noticia era cierta.
Es común elogiar a quienes se nos van, siempre se escucha que era un buen tipo, y esto y aquello. En lo general, discúlpeme si los ofendo, suelen ser palabras de compromiso.
Y, créame, el gordo Susanich, mi Tocayo, era un tipazo. Bonachón. Servicial. Fanático de River, aunque quizás su amor más fuerte era (y será por siempre) Racing de Trelew.
Qué no hizo por el Albirrojo!!! Fue jugador, luego delegado, utilero, planillero, “canchero” y mucho más. Viajó hasta donde quiso y cómo podía por amor al club. Pasional, tanto que de vez en cuando se trenzaba en alguna discusión con el banco rival. Pero, en la mayoría de las veces, amable y siempre, pero siempre, a dar una mano a quienes llegaran hasta el “Cayetano Castro”.
Hijo de Clara, con ella vivía (ambos fieles oyentes de “Nada Personal”), muy seguido terminaba una gastada con una resonante carcajada.
La estaba peleando con una porquería de enfermedad. Y la llevaba más que bien. Pero hay algo que cuando quiere avisa. Algunos le llaman destino. Y esté, parece, tenía decidido que fuera ayer y un año horrible por donde se lo mire.
Le caían antipáticos mis mates: “si es sin tus yuyos, esa yerba fea que tenés, no tomo”, me gastaba. Sabiendo mis respuestas. Era un boy scout en y de Racing. Hacía lo que le pedían y encima solucionaba todo.
Se te va a extrañar, Tocayo. Cuando podamos volver a “tu casa”, en el banco ubicado entre los suplentes, juro que voy a estar reservándote un lugar. Quedará un espacio. Siempre. Mi simple y muy humilde manera de homenajearte.
Gracias totales por tu amistad, Tocayo.
Gentileza: Héctor Fabián Araneda – radiosudaca.org