Según la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif), en nuestro país las ventas físicas representan el 7,5% del mercado total -compuesto por lo físico, lo digital, derechos de autor y los ingresos por sincronizaciones- y de ese mercado físico, el 50% corresponde a vinilos y el otro 50% a CDs.
Por el advenimiento de otros formatos como el cassettes y CD-ROM, los discos de vinilos dejaron de producirse en Argentina a principios de la década del 90, indicó a esta agencia Jorge Rohdenburg, uno de los creadores de del grupo de Facebook «Feria del Disco de Parque Centenario».
No obstante, consideró que dentro del mercado de lo usado como en la Feria de Parque Centenario y Rivadavia, ubicadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el vinilo «nunca se fue», y en estos tiempos hay un «rebrote», donde se agudizó «el interés por el formato, la compra, venta y canje».
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Así, el coleccionista mencionó que pasó de «ser un nicho reducido a algo más amplio, pero aún sin ser masivo», porque «el hombre moderno no tiene los tiempos que en la década del 70 y 80» y porque «es un formato caro, sobre todo las primeras ediciones o reediciones antiguas».
Sin embargo, en 2017 las dos empresas argentinas Gráfica Morello y Láser Disc, que se dedicaban a la fabricación de vinilos, volvieron a retomar la producción, mismo año en que Sony Music Entertainment, una de las compañías discográficas más grandes del mundo, también decidiera hacerlo.
En este sentido, la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (en inglés, abreviado RIAA) reveló que por primera vez en 2022 el vinilo vendió más unidades que el CD en Estados Unidos, donde los aficionados a los vinilos compraron más de 41 millones de unidades frente a las 33 millones que se vendieron de CDs, representando un 3% más que en 2021.
Fuente: Télam.