«Lo que si pusimos en marcha en este tipo fueron los frenos de los débitos, tanto de los préstamos como de la tarjeta de crédito, fuimos más allá de la normativa del Banco Central, que indicaba que si en una cuenta no había fondos para afrontar esos vencimientos, el banco estaba obligado a refinanciarlo inmediatamente bajo ciertas condiciones, como una tasa mínima de 42 por ciento y 12 meses de plazo», aclaró Alvaredo.
«Nosotros lo que hicimos es que, aun con fondos en las cuentas, excepto que el cliente expresara su deseo de cancelar sus obligaciones, no hicimos el débito porque al no cobrar en término, la gente iba al cajero y se encontraba con sorpresas de tener menos dinero», justificó.
«Ahora se plantea una situación diferente por el anuncio del Poder Ejecutivo de que a partir del mes que viene van a comenzar a pagar los salarios en tiempo y forma y sin rango», consideró.
«Conversamos con las autoridades y también lo estamos haciendo con los sindicatos estatales para ver de qué manera podemos colaborar para ir normalizando esta situación», recordó Alvaredo.
«Dispusimos como política bancaria extender los períodos de los créditos, pasarlos a seis años, lo que genera que estas obligaciones se distribuyen en más cuotas y el impacto unitario sea menor. Y además dar un alivio de tres meses, entendiendo que conforme a que los empleados vayan cobrando los salarios en tiempo y forma irán acomodando sus problemas», precisó.
«Hay otras iniciativas legislativas que plantean que el banco no cobre intereses, lo estamos analizando para llegar a un acuerdo que nos sirva a todos», planteó.
«Tenemos líneas de refinanciación vigente, pero no son estas dos líneas que estamos diseñando y que podrían estar listas en los próximos 10 días: serían seis años con tres meses de gracia, sin pagar capital ni intereses, pero nos falta definir la tasa del primer año”, recalcó Alvaredo.
“Vamos a tener dos tramos, uno más automático para refinanciar los saldos que los clientes tienen con el banco y otra línea para cancelar obligaciones con otras entidades como mutuales y cooperativas. Entendemos que el banco puede ofrecer condiciones financieras más favorables y sería otra mejora para los ingresos de los empleados públicos», destacó el presidente del Banco del Chubut.
En el inicio del diálogo había recordado, en torno a la aprobación del pliego como presidente de la entidad por parte de la Legistura, que «estamos analizando si habrá que llamar a una nueva asamblea o si con una simple reunión de directorio ya podré asumir formalmente el cargo».
«El vicepresidente primero, Leonardo Aquilanti era vicepresidente segundo, no habrá ninguna incorporación, sino una reestructuración interna», aclaró.
«Simplificamos el sistema de pedidos de turnos: antes se requería ingresar al Home Banking y después debían llamar del banco y ahora se dan directamente del Home Banking», rescató.
Como política bancaria planteó que «la idea es ganar participación en el segmento privado: todas las empresas que operan en Chubut no trabajan con el banco e incluso personal de mayores recursos que cobran por el banco transfieren los fondos inmediatamente a otro porque tienen mayores servicios. Hay que ser más competitivos en esos segmentos».
«Hemos tenido algunos retiros de dólares de caja de ahorro, pero por debajo del promedio del sistema, no tuvimos ninguna alarma respecto del sistema cambiario», aseguró.
«Incluso hay un excedente de 45 millones de dólares que estamos viendo colocar en financiaciones para exportación, es el destino que la normativa del Banco Central nos permite dar: los dólares se pueden prestar en actividades de comercio exterior que generen más dólares», valoró Alvaredo.
