El lugar está situado en el barrio Abel Amaya, en la zona oeste de Trelew y el obrador del que se llevaron las costosas aberturas está situado a la vera de la ruta nacional 3 –camino a Comodoro—a unos dos kilómetros al sur de la ciudad (foto).
El hecho fue entre el martes y el miércoles, los autores llegaron al lugar en un vehículo al que las cargaron para llevárselas. Al otro día, cuando los albañiles fueron a colocarlas descubrieron el robo. Son diez aberturas de “un metro cincuenta por cincuenta y dos centímetros, construidas de aluminio, pintadas de color blanco”, por las que el dueño gastó cerca de cien mil pesos.
El hombre comentó que ni bien se enteró del lugar en donde las tendrían ocultas, llamó desde el jefe de la Unidad Regional de Trelew, el comisario Ángel Vargas; hasta el jefe de Policía y que todos coincidieron en que “estaban ocupados en buscar a los ladrones que habían asaltado CAPSA” (la concesionaria de la que el martes se llevaron una suma millonaria).
Fue así que tomó la decisión de montar una vigilancia discreta en las inmediaciones de la vivienda de los maleantes con el apoyo de algunos conocidos, a los fines de evitar de que se lleven las aberturas antes que la policía pueda concretar el allanamiento. Y en esa tarea complicada, increíble, arriesgada e indignante está por estas horas, abandonado a su suerte; Rubén Eylestein.