Esta majestuosa ave carroñera, símbolo de la Cordillera de los Andes, enfrenta amenazas y es protegida en diversos santuarios naturales.
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El Cóndor Andino (Vultur gryphus) es una de las aves más imponentes del mundo, con una envergadura que supera los tres metros. Habita a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, planeando sobre montañas y valles gracias a su dominio de las corrientes térmicas.
Su plumaje negro con un distintivo collar blanco, su cabeza desnuda y la prominente cresta en los machos lo hacen inconfundible. Su rol en el ecosistema es crucial: como especie carroñera, se alimenta de animales muertos, ayudando a prevenir la propagación de enfermedades y manteniendo el equilibrio natural.
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Con una esperanza de vida que supera los 70 años en cautiverio, el cóndor ha sido venerado por las culturas andinas como un símbolo de poder, libertad y conexión espiritual con el cielo. Sin embargo, enfrenta graves amenazas como la caza ilegal, el envenenamiento y la pérdida de hábitat.
Por ello, diversos programas de conservación han sido implementados, incluyendo la cría en cautiverio y su reintroducción en la naturaleza, con el objetivo de recuperar sus poblaciones en zonas donde ha disminuido.
Argentina ofrece algunos de los mejores puntos para observar al cóndor en su hábitat natural. Uno de los principales es la Quebrada del Condorito, en Córdoba, un cañón de más de 800 metros de profundidad donde los cóndores surcan el cielo en impresionantes planeos.
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Sin embargo, es en la región patagónica, especialmente en las provincias de Santa Cruz, Río Negro y Neuquén, donde esta ave emblemática encuentra sus refugios naturales en rocas inaccesibles. Al amanecer y al atardecer, es posible verlos elevarse majestuosamente entre montañas y valles.
Otro sitio destacado es el Cañón de Talampaya, en La Rioja, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí, los cóndores sobrevuelan los imponentes paredones rojizos, ofreciendo un espectáculo inolvidable.
Estos santuarios naturales no solo permiten el avistamiento de la especie, sino que también cumplen un rol fundamental en su conservación, promoviendo la protección del hábitat y la educación ambiental para garantizar su supervivencia.
Fuente: Diario Rio Negro
Foto: Archivo