Un apagón masivo que afectó a Buenos Aires y al conurbano también tuvo repercusiones en el Congreso de la Nación.
El corte de energía eléctrica, originado por una falla en dos líneas de alta tensión, dejó a oscuras tanto el Palacio del Congreso como el edificio del Anexo, ubicado sobre la avenida Rivadavia. En consecuencia, las autoridades decidieron otorgar asueto a los trabajadores que podían ser dispensados, mientras los efectivos de seguridad se mantuvieron en sus puestos para resguardar las instalaciones.
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La suspensión de actividades se produjo justo cuando el apagón afectaba a más de 600.000 usuarios en la ciudad. A pesar de que el suministro fue restaurado a las 15:20, las autoridades decidieron suspender la actividad legislativa de la tarde, temiendo posibles nuevos cortes. Durante la jornada, no se habían programado reuniones de comisión ni actividades en el recinto, lo que minimizó el impacto en las funciones del Congreso.
A medida que el sistema energético se fue normalizando parcialmente, la Secretaría de Energía informó que el número de usuarios afectados se redujo a 366.000, pero el corte continuó afectando diferentes áreas. La situación evidenció la vulnerabilidad del sistema eléctrico en momentos de alta demanda, como la ola de calor que afecta a la ciudad.
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El apagón dejó en evidencia también los desafíos logísticos que enfrenta el Congreso ante fallos imprevistos en la infraestructura. Con las actividades suspendidas, la atención se centró en la normalización del suministro eléctrico, mientras los trabajadores fueron enviados a sus hogares y se mantuvo un protocolo de seguridad.
Aunque el Congreso retomará sus actividades en breve, esta interrupción en la rutina legislativa subraya los problemas que enfrentan las instituciones frente a emergencias energéticas en una ciudad con infraestructura envejecida.
Fuente: Infobae.