Investigadores del Centro de Investigaciones Cardiovasculares del Conicet-UNLP han demostrado que la hidrocortisona puede reducir en un 30% el daño causado por un infarto al corazón. Este avance es crucial, ya que el infarto de miocardio es una de las patologías cardíacas más severas y la principal causa de muerte en personas mayores de 35 años a nivel mundial.
Romina Gisel Díaz, investigadora del Conicet, explicó que el estudio se centró en un modelo de infarto inducido por isquemia en un corazón aislado.
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La administración de hidrocortisona durante diez minutos mostró su efecto máximo a las dos horas, reduciendo el tamaño del infarto a un 10% del corazón afectado, comparado con el 40% sin el medicamento. Este hallazgo sugiere una mejora significativa en la recuperación de la función cardíaca.
El equipo destacó que la hidrocortisona reduce el estrés oxidativo, lo que disminuye el daño total al músculo cardíaco. Este efecto novedoso mejora la función mitocondrial, algo no observado previamente en tratamientos similares. Antes de este descubrimiento, el tratamiento urgente para un infarto consistía en la revascularización con fibrinolíticos o anticoagulantes para restablecer el flujo sanguíneo.
FUENTE: Conicet.