La medida fue prorrogada hasta julio por pedido del fiscal Cristian Olazábal y la querella. El acusado, Romero, está vinculado al hecho por pruebas de ADN y testimonios que refuerzan la acusación.
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El fiscal Cristian Olazábal brindó detalles sobre la audiencia judicial en la que se resolvió mantener la prisión preventiva de Romero, el principal acusado por el crimen de Maximiliano Cifuentes, ocurrido a principios de este año. La audiencia se llevó a cabo debido al vencimiento del plazo original de la medida de coerción.
En el encuentro se trató y aceptó la constitución de la madre de la víctima como querellante, con el patrocinio legal del doctor Smith. Una vez resuelta esta cuestión, se abordó la solicitud de extensión de la prisión preventiva, tanto por parte de la Fiscalía como de la querella, quienes sostuvieron que existe riesgo de fuga y de entorpecimiento de la investigación.
Olazábal explicó que se han incorporado pruebas objetivas y testimoniales contundentes que fortalecen la hipótesis de que Romero apuñaló a Cifuentes en tres oportunidades. Entre los elementos clave, destacó que se hallaron manchas de sangre de la víctima en la ropa del acusado, lo que se considera una prueba determinante en el proceso.
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La defensa, por su parte, solicitó la prisión domiciliaria, argumentando que era una medida menos gravosa y que el acusado podía permanecer alejado del barrio La Prida, donde ocurrieron los hechos. Sin embargo, tanto la Fiscalía como la agencia de supervisión se opusieron, señalando que el arresto en una vivienda no garantiza que Romero no influencie a testigos o entorpezca la causa, ya que podría tener acceso a medios de comunicación y redes sociales.
Finalmente, el juez dio lugar al pedido de la Fiscalía y de la querella, prorrogando la prisión preventiva hasta el 3 de julio, fecha en la que concluye la etapa de investigación.