Buscan garantizar nuevos diseños para fortalecer el Banco Central.
El Gobierno argentino ha implementado varias medidas económicas clave para agilizar la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En una serie de acciones simultáneas, el Ejecutivo avanzó con un canje de deuda en pesos y una baja temporal de las retenciones a las exportaciones del agro.
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A partir del lunes, se comenzará con una nueva estrategia cambiaria que incluye un «crawling peg» más lento, buscando una flexibilización del mercado de divisas. Estas decisiones se toman en un contexto de creciente presión económica, mientras el país negocia un acuerdo con el FMI que incluye un préstamo de USD 11.000 millones.
La presencia en Buenos Aires de los técnicos del FMI ha sido clave para definir el rumbo del plan económico. Según fuentes cercanas, las negociaciones están centradas en el esquema cambiario que adoptará Argentina, con el objetivo de fortalecer las reservas del Banco Central y desarmar los controles cambiantes que han restringido la economía en los últimos meses. La negociación con el FMI incluye, además, una posible reestructuración de las deudas internas y acuerdos paralelos con inversores privados.
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El canje de deuda en pesos realizado este viernes se interpreta como una acción necesaria para cumplir con los requisitos del FMI, y se considera esencial para evitar que los dólares obtenidos sean utilizados para intervenir en el mercado de cambio oficial. De hecho, el éxito de esta operación podría abrir las puertas para la flexibilización de las restricciones cambiarias, una medida que el Gobierno está considerando seriamente avanzar con un nuevo diseño.
Por otro lado, la baja de las retenciones a las exportaciones agropecuarias fue una de las medidas de mayor impacto. A pesar de su costo fiscal estimado en unos USD 800 millones, el Gobierno considera que esta acción puede servir como una señal al FMI para justificar un ajuste fiscal sin necesidad de una devaluación mayor del tipo de cambio oficial. Este movimiento ha sido interpretado por algunos analistas como una forma de mostrar flexibilidad en la política económica sin recurrir a un cambio drástico en las tasas de cambio.
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Aunque las negociaciones aún no han concluido, y muchos aspectos del acuerdo con el FMI permanecen sin definirse, el Gobierno tiene la expectativa de que estas medidas contribuyan a obtener el financiamiento necesario para fortalecer la economía.
Fuente: Infobae.