El megacohete Starship de SpaceX despegó este martes 27 de mayo desde la base Starbase en Texas, pero la misión terminó con la nave rompiéndose al alcanzar la órbita y cayendo al Océano Índico. La empresa de Elon Musk atribuyó el fallo a una fuga de combustible que provocó la pérdida de control de altitud.
El lanzamiento ocurrió a las 18:36 hora local (23:36 GMT) y marcó el noveno vuelo de prueba del vehículo espacial más potente del mundo, diseñado como parte del ambicioso plan de Musk para colonizar Marte. El cohete, de 121 metros de altura, consta del propulsor Super Heavy con 33 motores Raptor y la nave Starship en su segunda etapa.
“Detectamos fugas de combustible que afectaron el control de altitud necesario para la reentrada”, confirmó Dan Huot, portavoz de SpaceX. La nave, que debía completar una órbita y volver de forma controlada, no logró estabilizarse antes de caer al océano.
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A pesar del fracaso, cientos de personas se congregaron para ver el lanzamiento, incluyendo turistas como Piers Dawson, un australiano que viajó con su hijo especialmente para presenciar el evento. “Es emocionante. Lo elegimos como parte de nuestras vacaciones”, dijo.
SpaceX ya había enfrentado problemas en los lanzamientos de enero y marzo, que terminaron en explosiones y suspensión temporal de las pruebas. Sin embargo, la compañía continúa apostando por su modelo de ensayo y error para avanzar en la exploración espacial comercial.
Fuente: DW.
Imagen: Sergio Flores/AFP.